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LUIS ARÉVALO CERÓN
En la vida de la ilustre Villa de la Asunción se distinguen aquellos sitios que conservan los objetos que ilustran los fenómenos de la naturaleza y las actividades artísticas, científicas e intelectuales del ser humano, conocidos como museos; en estos lugares se protege la historia lugareña para mostrarla a propios y visitantes, quienes aprenden o recuerdan acontecimientos adscritos a las piezas que allí se observan; el principal puede ser el museo nacional Guillermo Valencia con las pertenencias del poeta insigne autor de Anarkos, herencia del modernismo literario hispano-americano; están igualmente el museo Casa Mosquera del gran general Tomás Cipriano, cuatro veces presidente de Colombia, el museo de Historia Natural de la Universidad del Cauca con sus colecciones de la diversidad biológica y minerales del mundo, los museos Negret e iberoamericano de arte moderno ambos en la misma casa del siglo XVIII, el museo Guillermo León Valencia que conserva la vida y obra del presidente de la paz, la casa museo del pintor Efraín Martínez en Calicanto y el museo Arquidiocesano de Arte Religioso.
Sobre este último hacemos énfasis porque fue inaugurado el 21 de septiembre de 1979; ayer precisamente completó 39 años de estar abierto al público; fue creado y reglamentado por los decretos arzobispales 386 del 10 de octubre de 1972 y 026 del 12 de julio de 1997; la idea nació para proteger, conservar, restaurar y exhibir las numerosas obras de arte religioso de propiedad de la Arquidiócesis, de las parroquias, iglesias y capillas de Popayán y de la provincia caucana; para su funcionamiento fue escogida la casona del siglo XVIII de estilo neoclásico ubicada en la calle 4ª No. 4-56; una construcción con planos de Marcelino Pérez de Arroyo y que perteneció a la familia Arboleda en el sector de Santo Domingo; hoy alberga uno de los tesoros artísticos más importantes de la orfebrería sacra perteneciente a la Arquidiócesis, para ser admirado por los visitantes que recorren sus nueve salas.
Sea esta la oportunidad para repasar la distribución del museo que ocupa hoy nuestra atención; el recorrido comienza con la sala de introducción al arte religioso donde se pueden apreciar entre otras obras, varios óleos de la Virgen María; siguen la sala de arte quiteño con varios óleos sobre lienzo; los óleos de cuatro Doctores de la Iglesia: San Jerónimo, San Gregorio Magno, San Agustín y San Ambrosio; la sala Legarda con algunas tallas de la Inmaculada del Apocalipsis y de varios ángeles y arcángeles; la sala Caspicara con varias tallas de la Virgen del Tránsito, de crucijos, arcángeles y del Niño Jesús en la cuna entre otros; la sala La Capilla que muestra objetos propios para el oficio de la Santa Misa; la sala Última Cena con varios óleos sobre lienzo y cuatro tallas en madera que muestran las imágenes de los profetas Jonás, Elías, de San Buenaventura y San Ignacio de Loyola; la sala Cortez con nueve óleos de esa Escuela pictórica y una talla de la inmaculada; la sala Influencias del Arte que contiene 19 óleos y 8 grabados; el recorrido termina en la sala Platería y Orfebrería con legados episcopales e interesantes objetos sagrados; el Museo hace alarde de una bóveda de seguridad donde se guardan 14 custodias de gran valor artístico y económico que se abre a los visitantes cada Semana santa; con esta riqueza artística religiosa el museo avanza hacia los 40 años.
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