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RODRIGO SOLARTE
Pediatra
Somos hijos de la época que nos correspondió vivir. Los ya septuagenarios, después del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, aprendimos a orar, para que no mataran a nuestros padres.
Fue el tiempo, cuando no pocos sacerdotes católicos, decían desde los púlpitos, que ¨ matar liberales no era pecado¨. ¨Chusma¨, le decían a las autodefensas campesinas liberales. ¨Chulavitas¨ a las godas o conservadoras. La clase alta de ambas organizaciones ideológicas, mandaban; los de abajo, mayorías, obedecían. Los de la mitad, dudaban. Generalmente viraban hacia ¨el viento que mejor soplara¨ en ingresos, o para defender la vida.
La lucha de clases fue como el caldo de cultivo para la guerra. Propiedad privada y colectiva siempre han estado en escena, al igual que el poder eclesiástico y civil en el proceso vital de vida a muerte, acá, en la tierra y en el ¨más allá¨.
Los textos de historia en tiempos de hegemonía conservadora, no hablaban de los aciertos liberales, y viceversa. El sexo como pecado, también se reflejaba en nuestros textos de anatomía. El inicio de la educación sexual, fue como un repaso superficial al estudio de genitales en la pelvis del hombre o la mujer. La genética es relativamente nueva en el conocimiento de los seres vivos. Todas las ciencias, continúan buscando explicación a los fenómenos y misterios de la naturaleza y de los mismos seres humanos en su contexto, biológico, geográfico, histórico y cultural.
La adquisición de conocimientos a través de la educación desde las familias hasta las universidades e instituciones, técnicas, tecnológicas y otros centros, de investigaciones diversas, por ejemplo, siempre han sido medios civilizatorios de la especie humana con su creatividad permanente, espontánea o estimulada por las necesidades propias y de la sociedad que conforman o aspiran transformar.
La búsqueda de la paz, ha sido siempre, bandera de la civilización. Hoy concebimos la paz integral, individual, familiar y colectiva, tanto en lo espiritual como lo material, unidas. Es el todo de la dignificación de los seres humanos.
El no cuidado a la naturaleza que aporta lo fundamental para la vida (agua, oxígeno, alimentos, convivencia con otros seres vivos) ya amenaza nuestra civilización terrícola. Podremos pasar como una especie más, en extinción, dirigida en parte, por los mismos SERES, que le han hecho la guerra a quienes no piensan o pensaron como ellos y a la misma naturaleza, madre tierra, sustentada por las ciencias y creencias iniciales, ampliadas al cosmos y multiverso, misterio que continúa en investigación con todos los adelantos científico tecnológicos de este siglo XXI.
Hoy somos una sociedad que hemos enfermado nosotros mismos. El pensamiento y conciencia únicos, no son posibles. La diversidad caracteriza a la naturaleza y sociedades. Los imperios en la historia han sido pasajeros. La democracia debe reflejar esa diversidad o pluralidad que la realidad testifica.
Las guerras e interés por concentrar todos los poderes de decisión, ha sido el común propósito orientador, de la clase social en el poder, que sin importar las consecuencias para los demás, utiliza todos los medios, principalmente el económico, cultural y armado, para mantener y tratar de perpetuar sus principios y valores de vida, concebidos para ellos como ¨ el fin de la historia¨.
El incumplimiento del gobierno con la insurgencia armada para entregar las armas y abordar las causas que llevan a subvertir el orden establecido, mejorando las condiciones de vida integral a las mayoría de ciudadanos en campos y ciudades de Colombia, está dificultando LA TRANSICIÓN hacia la conservación de la vida, educación de calidad a todos los niveles, el cambio hacia una cultura de paz estimulada y apoyada desde el gobierno, el respeto a la naturaleza y sus vitales resursos, y el sentirse orgullosos del ser colombianos, sin discriminaciones de ninguna índole.
La juventud y las mujeres, ya han tomado la palabra y la acción, ordenada, civilizada y creativa. Cada sector y región, tiene experiencias y esperanzas. Las resiliencias abonadas por las guerras continuarán floreciendo, la construcción de LA PAZ con ampliación de oportunidades y justicia social, continúa siendo el camino.
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