DONALDO MENDOZA
Hace poco, le escuché decir “a grosso modo” a una directora de noticias, para sintetizar lo expuesto por un personaje que acababan de entrevistar. Avizoré en ese equívoco la oportunidad para compartir con los lectores algunos ejercicios de corrección en ciertos errores que se suelen cometer en el uso de nuestra lengua, y en los cuales todos incurrimos; unas veces por cuenta de la duda, y en otras por las malas pasadas que nos juegan, por ejemplo, las palabras homófonas, que el cerebro corrector del computador aún no está en capacidad de corregir. Comencemos.
Grosso modo (forma correcta), dice el manual de gramática que es una locución latina que significa “a grandes rasgos”. Es, pues, incorrecto anteponerle la preposición a, como hizo la periodista de radio. Y sobre las palabras homófonas, al riesgo natural que ya representan, se agrega el desprevenido automatismo mental; para la muestra dos verbos: grabar y gravar. Más allá del esmerado conocimiento ortográfico de los escritores, a veces se leen cosas como estas: décimas para gravar en mármol, o, desde la primaria traigo gravada la definición de… En ambos casos se quiso decir “grabar” y “grabada”, con b.
“Podemos ir cuando querramos”, a veces se oyen expresiones de ese tenor, en una conjugación equivocada del verbo querer (por fortuna a ésta sí la subraya el corrector del PC). La forma correcta, de uso frecuente, de este verbo es “queramos”: primera persona del plural y tiempo presente del subjuntivo. Ejemplos: Tal vez queramos pasar en casa estas navidades. O, podemos salir cuando queramos. La otra forma, de uso más restringido, es “querrá”: tercera persona (singular) del futuro, como se ilustra en estos ejemplos: Fulano querrá tener la última palabra. / Ella puede aceptar a Luis, pero siempre me querrá a mí. Con el significado de “desear o pretender algo, y/o sentir afecto o amor por alguien”.
En la vida cotidiana, nuestros actos comunicativos podrían ser suficientes para el uso correcto del idioma, si pudiéramos mantener despierto el sentido común, dado que nadie habla pensando en la gramática; y en la escritura es casi lo mismo, aunque la responsabilidad del escritor es mayor, de ahí la pertinencia de revisar y editar los textos. En lugar de la gramática, es el buen sentido el que debe estar atento de que los elementos de cada frase en un párrafo concuerden. La concordancia, en efecto, se ocupa de la relación de las palabras en la oración o frase, y en cómo varían simultáneamente el género y el número, entre el sujeto y el verbo. Transcribo dos ejemplos…: Les tengo miedo a los ratones. / Les traigo dulces a los niños… Para terminar, un grupo de frases u oraciones que suelen transitar con la duda por nuestra mente. Pagar en la misma moneda (forma correcta). Es decir, con la misma denominación, dado que la moneda infractora es la ajena. Algunas frases son difíciles de corregir, especialmente en el habla, por la fuerza como se han enquistado en el uso y la costumbre. Para el escritor es un deber hacer bien el registro. Por esa razón he preferido transcribir, en los ejemplos, las formas correctas. Sin exceptuar estas que siguen: Me tomó de sorpresa. / Habla con fluidez el inglés. / En relación con. / Con ayuda o sin ella.