Gratitud (4)

JESÚS ARCOS SOLANO

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En el variado número de profesiones existente, todas tienen fines específicos loables. Me refiero en este escrito, a una que cumple una tarea nobilísima. Es la de los Médicos, cuya misión es salvar vidas. La gran mayoría de ellos, desde que se graduaron como Profesionales de la Medicina se comprometieron con el Juramento Hipocrático, y a fe, que se han distinguido por su responsabilidad, su entrega al paciente y su sentido humanitario.

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Entre estos Galenos, destaco algunos, de los cuales he sido paciente por muchos años, y otros, en forma esporádica. Tales como el Cardiólogo Nelson Adolfo López; a quien le profeso agradecimiento sincero por mantenerme en control y en forma estable por muchos años. Sólo Dios sabrá pagarle tanta paciencia y profesionalismo para tratarme.

Otro médico familiar y de una gran voluntad para asistirme es el Doctor Hámer Solano. Cuando he solicitado sus servicios, jamás se ha negado a atenderme, a pesar de sus múltiples quehaceres, propios de su oficio, y que son prioritarios. Que la Divina Providencia los asista y lo ilumine. Para él mi eterna gratitud. Y el gran profesional, que no lo puedo dejar de lado, es el Neumólogo Doctor Néstor Solarte, hombre afectuoso, amable y un Señor a carta cabal. He recibido de él, cuando acudo a sus cuidados, un tratamiento de confianza, que comunica al enfermo una tranquilidad de ánimo y una esperanza de mejoría. Es un verdadero Maestro de la profesión. Practica al doliente un examen minucioso de su cuerpo, entabla con el paciente un diálogo familiar, interroga sobre diversos temas domésticos, sociales, académicos; lo cual, lo ilustra mejor para producir un acertado diagnóstico y una real historia clínica.

Para el Doctor Néstor, mis sinceras gracias, y que Dios lo siga iluminando para que su lucidez lo acompañe por siempre, para bien de sus muchos pacientes.

Como los mencionados hay también amigos entrañables, conocidos desde los bancos escolares o en el campo de la Supervisión.

Estos amigos incomparables, que se enteraron de un accidente que tuve en la casa, siempre han estado prestos para brindarme su afecto y solidaridad. Son ellos Eloy Guzmán, Bertil Augusto Burbano, Jorge Eliécer Muñoz, Hernando Urbano y otros que telefónicamente han estado pendientes de mi recuperación. Para todos ellos mi gratitud por siempre y en mi corazón un rincón de reconocimiento sincero.