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ÁLVARO ORLANDO GRIJALBA GÓMEZ
Decano Facultad de Derecho Uniautónoma del Cauca
Al regresar del Viejo Continente, en donde permanecí unas semanas viviendo sensaciones de balones y pitones, encuentro que la renuncia que hace cinco años presentó protocolariamente Monseñor Iván Antonio Marín López, le fue aceptada y en su remplazo el Papa Francisco designó como nuevo Arzobispo de Popayán a Monseñor Luis José Rueda Aparicio, quien asumió la semana pasada esta inmensa responsabilidad de dirigir la centenaria e histórica Arquidiócesis de Popayán, recibiendo la antorcha que le entrega quien durante 21 años fuera nuestro Pastor espiritual y conductor insigne, declarado Payanés Eminente, título honorífico dado por la Gran Cruz de Belalcázar, máxima condecoración que ésta nuestra amada y muy noble Ciudad, otorga a su hijos más ilustres por sus obras y los invaluables servicios prestados a ella.
Monseñor Iván Antonio entrega a Monseñor Luis José, una Iglesia payanesa y caucana floreciente, sólida, perfilada en evangelización, crecida en vocaciones sacerdotales, aumentada en sacerdotes ordenados y parroquias creadas, recuperada la participación laical en algunos importantes procesos de la Iglesia, renovadas generaciones sacerdotales para dirigir parroquias y templos, confirmados en la fe cristiana centenares de católicos especialmente jóvenes, en fin con un trabajo episcopal intachable y de dedicación total al pastoreo y catequesis de su rebaño por todos los rincones de este bello y ancestral Departamento del Cauca, como lo hiciera Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo y Robledo, Arzobispo de Lima, y misionero en el Perú. Mil gracias Monseñor por su obra.
El Cauca signado por su diversidad étnica, valores históricos, tradiciones religiosas y culturales, por la academia, arte, poesía, sabios y héroes inmortales, su riqueza natural, geográfica, biológica y ecológica, ha tenido la fortuna de contar en su Diócesis durante estos 472 años de creada, con la guía y pastoreo espiritual de treinta y ocho obispos, todos incansables servidores de la fe, desde 1546 que inicia con el Obispo Juan del Valle, el primero, hasta hoy Julio de 2018 que empieza su periplo arzobispal Monseñor Luis José Rueda Aparicio, a quien le damos la más calurosa y afectiva bienvenida y nos colocamos a su entera disposición para seguir trabajando en defensa, crecimiento, conservación y apoyo de lo que desde nuestra modesta posición de laicos católicos comprometidos, podamos seguir sirviendo a su lado y del Arzobispo Emérito, los intereses de nuestra Iglesia y nuestra comunidad toda, la que usted comenzará a pilotar y dirigir desde ahora.
De los 38 obispos viven los tres últimos: Monseñor Alberto Giraldo Jaramillo, Monseñor Iván Antonio Marín López y Monseñor Luis José Rueda Aparicio iniciando su ejercicio pastoral en nuestra Ciudad, que le ha acogido con inmenso cariño y una gran esperanza en lo que pueda realizar para continuar la obra que ha adelantado su antecesor, ahora Arzobispo Emérito y Administrador Apostólico en esta diócesis Monseñor Marín López.
Tendrá usted poco a poco Monseñor Luis José, el ir conociendo los intríngulis de esta idiosincrasia caucana y payanesa, matizada de ancestros indígenas e hispánicos, precedida de gloriosísimos protagonistas, sabios, guerreros, poetas, presidentes, recubiertos con la religiosidad de la fe católica, que nos conlleva a ser poseedores de una de las más importantes expresiones del mundo cristiano, nuestras esplendorosas y centenarias Procesiones de Semana Santa declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Por sus blancas calles de balcones y geranios, de faroles y templos, verá usted desfilar las más hermosas reliquias de la imaginería sacra, el olor a incienso de las bellas sahumadoras, y el color nazareno de túnicas y capirotes de cargueros, en un ritual de nunca acabar en nuestra historia.
En el camino que inicia no va estar solo Monseñor, la luz del Espíritu Santo lo irradiará, y seguramente a su lado estará ese espléndido equipo humano de sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que acompañó a Monseñor Marín, todos dispuestos a continuar cargando el pesado pero hermoso paso de la Arquidiócesis de Popayán con Usted a la cabeza.
Su propósito de conjugar en su episcopado tres verbos rectores: creer, amar y esperar, seguramente en su trayecto arzobispal se irán cumpliendo con fe en Dios, amor a Cristo y a los demás, y un corazón esperanzado en que el pasado, el presente y el futuro están en las manos del Todopoderoso.
¡Bienvenido Monseñor Luis José Rueda Aparicio!
¡Gracias Monseñor Iván Antonio Marín López!
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