Hay temor entre comunidades campesinas e indígenas del noroccidente del Cauca tras confirmarse la muerte del jefe de las disidencias de las Farc.
Redacción El Nuevo Liberal.
El departamento del Cauca se encuentra en estado de máxima alerta por parte de las autoridades, Ejército y Policía, ante posibles retaliaciones del grupo armado organizado residual, disidencias de las FARC luego de la muerte de Leyder Johany Noscué, alias “Mayimbù” durante la operación Jaguar que adelantaron tropas adscritas a la tercera división del ejército en la zona de Santa Bárbara, municipio de Suárez.
El operativo comenzó hace meses e involucró actividades de inteligencia y seguimiento, según aseguró el general Luis Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares, quien explicó que alias Mayimbú quedó como jefe de los grupos del llamado Comando Coordinador de Occidente tras la muerte de ‘Jhonier’, a principios de este año.
Entre las pertenencias obtenidas por las autoridades se encontró un arma de fuego nueve milímetros que estaba enchapada en oro. La pistola sirvió como prueba de que había sido dado de baja, ya que tenía su apodo inscrito en la cacha y su rostro dibujado.
Asimismo, se dio a conocer que Leyder Johany, tenía bajo su mando a 12 estructuras y más de 1.800 hombres. En su contra había tres órdenes de captura por secuestro extorsivo, concierto para delinquir y extorsión agravada, y es señalado de múltiples homicidios y desplazamientos forzados en Cauca.
“Esperamos más muertos, porque la gente de la disidencia Jaime Martínez es la que controla todos estos cultivos de coca, ellos llegaron hace aproximadamente tres años, imponiendo orden entre los campesinos, entonces ahora la situación se complica aún más”, manifiestan líderes indígenas de Morales.
Y es que, la población de esta zona del noroccidente del Cauca ahora espera la respuesta militar de este grupo armado al margen de ley, el cual tiene una presencia muy marcada en el lugar, de ahí que adelanten un fuerte control territorial.
De esta manera, se temen acciones terroristas por parte del comando coordinador de occidente que estaba bajo el mando de alias “Mayimbù” y que venía controlando los cultivos de uso ilícito, los laboratorios para el procesamiento y la comercialización de la cocaína y la marihuana por las rutas del Naya y del cañón del Micay hacia el Pacífico con destino a países centroamericanos y Estados Unidos.
Por su parte, en municipios como Suárez, Buenos Aires, Caloto, Corinto, Santander de Quilichao y Toribio, las autoridades intensifican las operaciones por parte del ejército, con el objeto de evitar acciones terroristas a pocos días de las elecciones presidenciales, por lo cual, según información en esos municipios se vive una tensa situación.
Cabe recordar que, esa zona del departamento caucano ahora está completamente cubierta de cultivos de coca, marihuana y amapola. Es que solo en el resguardo ‘Las Delicias’, ubicado en esta misma área, de las 1.676 hectáreas que lo conforman, 315 están sembrada con este tipo de plantaciones. Una situación que se registra en los demás resguardos y áreas campesinas.
Por tal motivo, la guerra retornó a este territorio, afectando especialmente a las comunidades indígenas, cuyos integrantes empezaron a ejercer su autonomía territorial para protegerse, al punto que llegaron a expulsar la fuerza pública, ya que, consideran que la presencia de los soldados no es garantía para sus vidas.
De manera que, la noticia de la muerte de Leider Johany Noscué, alias ‘Mayimbú’, es recibida con una evidente prevención y todo porque son testigos de esta confrontación y saben que, tras una captura u operativo, van apareciendo los muertos o las víctimas de esta interminable guerra.
“Da hasta miedo hablar, porque una cosa mal dicha o que la entiendan mal, le puede costar la vida, por eso cuando uno habla en su emisora, prefiere tocar temas comunitarios, deportes u otros aspectos, porque esas noticias son para los medios nacionales, uno acá está en el territorio y la realidad es otra”, indican periodistas de la zona, mostrando la realidad sobre el temor, que se percibe entre los habitantes.
Actualmente, la Fuerza Pública está en máxima alerta, también en ciudades como Popayán, porque es una realidad la expansión de las disidencias, así como el incremento de su poder militar en el suroccidente colombiano.