Amparo de Jesús Usuriaga, recibió de mano de un grupo de vecinos de la Vereda El Hogar, una nueva vivienda, pues la que tenía estaba en riesgo de deslizamiento
Por Ismenia Ardila Díaz, Especial para El Nuevo Liberal
Haciendo honor al Día del Medio Ambiente, un grupo de habitantes de la vereda el Hogar de Popayán, junto con miembros de la Alianza Cristiana y Misionera, hicieron entrega de una vivienda nueva a una vecina del sector, sacándola del riesgo de deslizamiento que presenta su antiguo rancho de tablas, al borde del Km 2 de la vía principal.
Para Amparo de Jesús Usuriaga, este fue el día más especial de los últimos 20 años, porque cumplió el sueño de tener una vivienda digna, la misma que le había prometido a su mamá, que murió en el viejo rancho hace cuatro años.
Ante la amenaza de desalojo por autoridades de Gestión del Riesgo, debido al deslizamiento del terreno en la parte trasera de la casa, un grupo de vecinos, liderados por Rocío Torres, María Inés Guauña, Marta Hoyos, Johana Sánchez, Rosa Elvira Montenegro y Luis Manquillo echaron a andar el proyecto, recogiendo ayudas en dinero y especie de amigos, conocidos y de la iglesia donde se congrega Amparo y en cuatro semanas hicieron realidad una casa de 20 M2 en madera, con techo de eternit, cielo raso, puertas y ventanas completas, instalaciones eléctricas, que consta de comedor, cocina, habitación y baño.
Con su mejor pinta y sonrisa, Amparo llegó al lugar y lloró emocionada luego de la bendición de la nueva casa, cortó cintas “como en las películas”, su rostro agradeció la solidaridad de los vecinos y amigos que se sumaron a su causa, contando que ahora ya no habrá noches de miedo y refugio en medio del invierno porque dormirá tranquila, disfrutará el calor de un nuevo hogar, estrenando cocina y las cosas que le regalaron, sin dejar de soñar ahora con la donación de “más cositas que me hacen falta como la nevera, un comedor y un trabajito”.
Mientras celebró compartiendo una torta, dijo que el viejo rancho donde vivía, ahora será un refugio para sus mascotas: tres perros (Laica, Pinina y Muñeca), una gata y un cuy que también le regalaron y acompañan sus días de lucha entre oficios varios para sostenerse y seguir adelante, con entusiasmo y esperanza.