EDITORIAL
Sin lugar a dudas, después del duro y tortuoso camino transitado por el país, entre la primera y la segunda vuelta para la elección del Presidente y Vicepresidente, enmarcado en la aguda polarización política que lo caracterizó, como nunca antes había sucedido, por la legitimación de una guerra sucia sin precedentes, centrada en improperios, insultos, calumnias, estigmatizaciones y mentiras, generadores de odios y una total displicencia sobre las propuestas de los candidatos y las estrategias planteadas para abordar los problemas centrales del país, lo que en últimas, en una sociedad políticamente formada, debe orientar los procesos democráticos y participativos en la definición de aspectos de trascendencia como lo es la elección de sus gobernantes.
Ya pasadas tres semanas del conocimiento de los resultados electorales que llevaron a Gustavo Petro y Francia Márquez a la Presidencia y Vicepresidencia del país, para el período 2022 – 2026, a nombre del Pacto Histórico, por más de 700.000 votos sobre sus contendores: Rodolfo Hernández y Marelen Castillo, quienes a partir del 20 de julio de 2022, cuando se instale el nuevo congreso de la república, asumirán las dignidades de Senador y Representante a la Cámara de Representantes respectivamente, en correspondencia con disposiciones constitucionales, entramos en una situación política de relativa calma, quizá haciendo evidente el adagio popular que reza: “Después de la tormenta llega la calma”.
El haber el presidente electo, en persona, promovido un acercamiento con todos los sectores políticos, después del reconocimiento, por parte de estos, del inobjetable triunfo en las urnas, lanzó una señal, como un bálsamo para aclimatar los ánimos y avanzar en los procesos de generación de confianza, de que sí es posible en nuestro país, deponiendo intereses particulares, apostarle a la construcción de un gran Acuerdo Nacional, en donde esté como piedra angular el país, en el entendido de que, desde la particular posición de cada partido o movimiento político que haga parte de él, puede aportar a la solución de los grandes problemas que nos aquejan. No con esto se quiere decir que todos serán partidos de gobierno, como en toda democracia algunos se pondrán en la postura de la oposición la cual es válida, en el ejercicio de los pesos y contrapesos, indispensables para poder avanzar sobre lo que más le convenga a la nación.
Seguidamente, y con una metodología de ‘gota a gota’, el presidente electo, después de haber hecho público el equipo para realizar el empalme con el gobierno que termina el próximo 7 de agosto, ha venido enviando un claro mensaje de estadista, con el nombramiento de los ministros de: Relaciones Exteriores, Hacienda y Crédito Público, Agricultura y Desarrollo Rural, Salud y Protección Social, Educación, Ambiente y Desarrollo Sostenible, y Cultura. En Departamentos y Unidades Administrativos: Director de Impuestos y Aduanas Nacional – DIAN. En Embajadas y Misiones Diplomáticas: Embajador ante la OEA y ante los Estados Unidos. Mostrando en cada uno de ellos las capacidades profesionales, la experiencia y lo más importante el compromiso con los postulados del Pacto Histórico y con una profunda vocación de trabajar por la consolidación del Gran Acuerdo Nacional. Situación que ha fortalecido los niveles de confianza en la sociedad colombiana sobre los años por venir, bajo el mandato de Gustavo Petro.
Lo anterior, no asegura que el transito del gobierno electo sea tranquilo, ya que habrá sectores que buscaran, de distintas maneras, que las cosas no le salgan bien, para poder justificar su exacerbada posición contra el presidente electo y su movimiento político, ante lo cual su acción para contrarrestarlas será el cumplimiento a cabalidad de su programa de gobierno en pro del país y del bienestar y prosperidad de los sectores más desfavorecidos.
Las voces de inconformidad expresadas por sectores del mismo Pacto Histórico, en estas tres semanas, por considerar que se ha sido más generoso en las nominaciones con sectores políticos y personalidades que llegaron al Pacto, que en las de integrantes de esta colectividad, que se la han jugado por años en la colectividad, es otro de los temas que tendrá que ‘capotear’ el presidente electo.
En este contexto, se puede asegurar que ‘Hasta ahora …. todo marcha bien’. Se espera que esta sensación acompañe al gobierno que el próximo 7 de Agosto tomará posesión del cargo de Presidente y Vicepresidente de Colombia.