Columna de Opinión
Por: RODRIGO SOLARTE
La confluencia de procesos saludables gestados por la gente desde los contextos y realidades, nos van mostrando los caminos y horizontes a seguir como personas, familias, comunidades y sociedad en regiones, departamentos, municipios y veredas.
Los liderazgos colectivos, labor en equipo y en familia, comienzan habitualmente por personas o pequeños grupos, con sentimientos de afectos, apoyos mutuos desde la cotidianidad y solidaridad que se va ampliando conscientemente ante las necesidades comunes de quienes habitan la misma vereda o territorio.
Familias, comunidades, sociedad, nación geográfica y cultural, conforman la estructura del Estado. La historia de ellas con la biodiversidad natural y humana, evolucionan en el tiempo, con las contradicciones propias de la diversidad humana.
La democracia con las mayorías participantes desde las periferias campesinas a los centros urbanos, requieren equidad en todos los aspectos de la estructura productiva del campo, comenzando por la propiedad de las tierras aptas para la agricultura alimenticia.
Tenemos ya producción documental, concertada democráticamente, que van esclareciendo el porqué se considera el comienzo de una NUEVA ERA histórica para Colombia, gracias a los liderazgos colectivos, alternativos a los individuales que fueron desprestigiándose ante la pérdida de valores éticos y morales de algunos de sus representantes ideológicos con poder económico y político, egoísta o de élite privilegiada.
Las guerras que han marcado la historia de los últimos siglos, escrita generalmente por los promotores de intereses territoriales, económicos e ideológicos incluyendo los religiosos, tuvieron y tienen en la Constitución colombiana de 1991, y los Acuerdos de 2016, el aval institucional crítico de nuestro pueblo e historia, asumiendo el PACTO HISTORICO como el proceso estructural para HUMANIZAR NUESTRA SOCIEDAD.
En tal marco se asume el diálogo plural con víctimas, victimarios, financiadores y beneficiarios de las guerras durante más de medio siglo, constituyéndose en materia prima para la BÚSQUEDA DE LA VERDAD, cuya COMISIÓN, conformada por reconocidos humanistas, intelectuales y luchadores por las causas sociales, comienza a socializar por todos los medios el informe, que ha de convertirse en el conocimiento del pasado cercano y presente, para el futuro de la NUEVA ERA o etapa de nuestra historia republicana.
Las familias continúan siendo el centro de comunidades y sociedades. Las caucanas tienen descendencia en pueblos y ciudades: mestizas, negras, indígenas, campesinas y desplazadas al margen de las poblaciones.
La unidad en la diversidad de hijos, sostenida más por las madres que los padres en las diferentes culturas, tiene en el plural PACTO HISTORICO democratizante y humanizador, a la caucana Vicepresidente Francia Márquez, integral representante de estos pueblos marginados que dinamizarán con ella el Ministerio de la igualdad.
La igualdad concebida, está centrada como los demás ministerios, en LA VIDA, LOS DERECHOS HUMANOS Y AMBIENTALES, EQUIDAD Y DIGNIDAD, esencia de la PAZ GRANDE que se irá construyendo en este y siguientes períodos presidenciales que asumirán los nuevos liderazgos, comprometidos al no regreso del pasado vivido.
La utopía esperanzadora del BUEN TRATO INTEGRAL a niñas, niños adolescentes, jóvenes y sus familias, ante las violencias por ellas y ellos padecidas a todos los niveles de la estructura maltratadora, tiene una ¨SEGUNDA OPORTUNIDAD¨ para hacer de Colombia, con sus familias, una real potencia mundial de la vida para vivir sabroso y dignamente como seres humanos de esta CASA COMUN que habítamos.
Para los amantes de la vida y testigo, víctimas y victimarios de todos los estratos y conciencias heshumanizadas por la historia estructural que hemos de CAMBIAR, informes tan serios y rigurosos como los de la COMISIÓN DE LA VERDAD, han de estudiarse desde las familias, como lo que fueron en su tiempo, la Educación cívica y la urbanidad de Carreño, de inolvidable recordación. Reaprendamos a leer con ellos.