Se han destacado Antioquia y sus gentes por la generosidad, la amplitud y el empuje del que han hecho derroche históricamente. Los paisas han sido siempre reconocidos por su laboriosidad; y sus pueblos y ciudades son ejemplo de pujanza y desarrollo envidiables. Basta solamente mencionar el nombre de Medellín para que todo quede dicho. No hay, pues, discrepancias en esta materia.
Por eso llama tanto la atención lo que publicaron los noticieros y la prensa escrita en estos días, respecto a la actitud que las autoridades departamentales (Gobernación de Antioquia y Asamblea Departamental) han asumido en la vieja discusión sobre si el corregimiento de Belén de Bajirá pertenece al departamento del Chocó o al departamento de Antioquia. Ese es un diferendo limítrofe como muchos que hay en otras regiones del país, incluyendo nuestro Cauca, con respecto a Santa Leticia, en límites con el Huila.
No pareció de buena calaña, la actitud prepotente del gobernador Luis Pérez, cuando el Instituto Geográfico Agustín Codazzi publicó un mapa que incluye el poblado de Belén de Bajirá en el departamento del Chocó. Es fácil entender que cada departamento “jale” para su lado, pretendiendo que la región pertenezca a su jurisdicción. Es un forcejeo natural. Pero salir a decir que: “… al otro día vamos a retirar las inversiones que ha realizado Antioquia en ese corregimiento” es una frase a la que le sobró arrogancia y le quedó faltando generosidad y prudencia. Entendible la Litis y los planteamientos históricos, políticos y jurídicos que deba esgrimir Pérez en carta dirigida al Presidente de la República, defendiendo su posición. Pero no puede el Gobernador de Antioquia (nada menos…) decir, en medio del berrinche, que “se va a llevar la escuela, el puesto de salud y las inversiones” (que a juzgar por las imágenes de las noticias no parecen ser de un pueblo antioqueño boyante). No entiendo cómo les va a quitar a los muchachos bajireños -si es acaso este el gentilicio- lo que les han enseñado los maestros pagados con el presupuesto de Antioquia; o lo “bailao” por las niñas chocoanas, con los equipos de sonido antioqueños. Es perfectamente aplicable en este caso la filosofía sabia de nuestro personaje típico Chancaca, cuando les dijo a los zánganos callejeros que le robaron la flauta: “… Ahora vengan por la música, tales por cuales…”
Muy mal también quedó la Asamblea Departamental de Antioquia, cuando por lo mismo decidió declarar “persona no grata en Antioquia” al Director General del IGAC, Juan Antonio Nieto Escalante, porque ese instituto, encargado entre muchas otras cosas de los aspectos geográficos del país, publicó el mapa incluyendo la zona en disputa en jurisdicción del Chocó. La actitud y expresión, desatinadas, por decir lo menos, remiten a recuerdos no muy lejanos (que hoy resultan una paradoja), pues en mayo del 2012, el diputado Rodrigo Mesa Cadavid, en plena sesión de la duma antioqueña, pronunció esta “delicada frase”: “…la plata que uno le mete al Chocó, es como meterle perfume a un bollo…”
Esto, en cuanto aspectos de forma sobre las reacciones que ha generado el pleito limítrofe, en el cual el gobierno del Chocó ha sido más decente. En cuanto al fondo de la situación, creo que han cometido el error garrafal de, a pesar de los mapas, de los hechos históricos y de las inversiones con recursos públicos, no contar con el concepto y el querer de los pobladores locales, ingrediente definitorio en una disputa de estas características. Peor aún, si allí está, como dicen, la mano oculta del gobierno Santos queriendo, con ello, abonarle a la conjuración del justo paro de las gentes del Chocó.
Coletilla: Termino uniéndome a las miles de voces que rechazan con fuerza y dolor, el atentado terrorista en el Centro Comercial Andino, en Bogotá. Estas acciones reflejan una enfermedad psico-social muy grave, que hay que tratarle al pueblo colombiano con la mayor prontitud.
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