ADASECC, FILIAL POPAYAN
Tomado del Instituto Desoto, Escuela Iniciática, primer cuatrimestre de 2020
En nuestro mundo todas las personas anhelamos vivir cómodos, felices, rodeados de alegría, amor, bienestar, abundancia, salud, pero no siempre es así para la mayoría de las personas; has pensado alguna vez porque no tienes la vida que deseas: la familia, la pareja, el empleo, el negocio, la salud, la dicha que anhelas. Recuerda que todos podemos tener lo que anhelamos o soñamos, pero es muy importante que hagamos conciencia de que solo el Ser cambia el destino ya que todos los seres humanos cumplimos leyes invisibles, lo invisible sostiene lo visible. Las leyes invisibles tienen cargas de tiempos pasados y estas cargas son psicológicas y kármicas de vidas anteriores, en esas cargas se basan los aspectos que impiden que existan seres humanos con falta de bienestar y abundancia plena.
Las cargas psicológicas: son los complejos de superioridad o inferioridad heredados o infringidos por la ignorancia de nuestros padres cuando estuvimos en la etapa de gestación y en las etapas de formación de la personalidad: estos son los miedos, la tristeza, el llanto.
Las cargas kármicas de vidas anteriores: son el mal manejo con el dinero, deudas del pasado, consecuencias de odiar a los ricos, etc.
Las circunstancias que nos rodean hoy es la cosecha de vidas anteriores y la herencia de nuestros padres y de las generaciones que nos antecedieron, pero tampoco es bueno culpar a nuestros padres por los traumas, complejos y problemas psicológicos que pudieron gestar en nuestra vida, pero si podemos cambiar nuestro destino haciendo méritos y realizando trabajos de afirmación, limpieza psicológica, oración continua, etc.
El Destino
El destino es como una cinta que hay que desenrollar. La vida nuestra es como una grabadora magnetofónica que tan pronto entra el Gran Aliento, la parte pensante de nuestra alma al feto, cuando ese ser humano hace su primera respiración, en ese instante queda prendida la grabadora y solo se apaga esa grabadora cuando sale la chispa de la vida de ese cuerpo.
Pero también esa grabadora, ya trae grabado los aprendizajes que cargamos de otras existencias y que nos toca aprender ahora para sanar esas experiencias anteriores.
Esa cinta es la que nos va a servir en nuestra futura existencia para el desarrollo de una nueva vida. A principio de la existencia cometimos muchos errores que ya no pueden corregirse, el pasado ya no existe, no se puede recoger, los hechos en si no están ahí, solo existen en la cinta magnetofónica.
El ser humano atraviesa por diferentes etapas durante su vida que son los días y las noches.
Los días son tiempos de prosperidad.
Las noches son tiempos de problemas, dificultades y aprendizajes.
El Destino solo lo cambia Dios
Dios es el centro equilibrarte de la vida. Si lo ponemos a él como nuestro centro seremos lámpara de la sabiduría de Dios iluminando al mundo. Al cambiar por dentro cambiaremos por fuera.
El Ser cambia el destino económico, el destino de la salud, el destino de la inteligencia
El intelecto solo nos sirve para desarrollarnos en la vida cotidiana, para aprender letras, adquirir conocimiento, palabras, números, etc.
Para cambiar situaciones solo nos sirve la parte psicológica si la usamos con la inteligencia o con la parte superior de la conciencia del Ser. Las personas por más inteligente que sean no pueden evadir las leyes de causa y efecto, para esto tendrían que suicidarse y esto empeora las cosas, porque si hacen esto tendrían que tener en su próxima vida el aprendizaje del suicida, el cual consiste en perder la vida cuando más feliz es la persona.
La suerte se mejora cuando se hace merecimientos, no cuando se quiere mejorarla. Dios es quien nos va a mejorar el comportamiento y la suerte.
Para cambiar el Destino hay que cambiar la personalidad
Hay que cambiar primero por dentro, o sea, cambiar pensamientos negativos por positivos, palabras negativas por positivas, el comportamiento negativo por positivo.
Cuando vamos cambiando el bulto de defectos, vamos cambiando la parte intelectual por la parte conscientiva, haciendo un cambio de la vieja personalidad por la nueva personalidad, que es la inteligencia ya de nuestro propio Ser.
Para esto debemos hacer un discernimiento permanente, para ir limpiando la cinta somática del pasado o de nuestra juventud. Es una dicha entrar a una escuela espiritual en la adolescencia o en la juventud. En esta escuela se aprenden los principios fundamentales de la perfección.
La utilización de las palabras
La fuerza del pensamiento y de la palabra, construyen procesos de triunfo o de fracaso. Uno puede crear su buena suerte o su mala suerte. Necesitamos aprender a crear cosas positivas con el pensamiento para eso estamos dotados de un cerebro y una palabra. Lo que pensamos, eso se materializa.
A través del cerebro podemos pensar y a través del verbo crear, con estas dos herramientas podemos cambiar nuestro propio destino cuando lo hayamos pedido a nuestro Ser, y mayormente, teniendo buenos fondos en el banco cósmico.
La visualización activa nuestra frecuencia vibratoria y nos atrae lo que estamos visualizando.
Dios puso en todos nosotros las emociones o sentimientos para que fuesen nuestra brújula en el camino o regreso a casa, siempre que tengamos dificultad para sentirnos bien, es porque hemos decido no amar y le damos cabida a las emociones negativas por falta de amor.
Las emociones se gestan con el pensamiento. Emociones que debemos evitar para poder atraer un destino favorable: la angustia, el sufrimiento, la depresión y la tristeza.
En conclusión: El destino es una cinta compuesta por una carga Psicológica y kármica. Todo ser humano puede cambiar su destino siempre y cuando tenga claro que solo el Ser cambia el Destino, sí y solo sí, habiendo méritos para esto.
Debemos pensar, hablar y sentir solo lo que deseamos gestar.
Las emociones son la brújula que nos indica si vamos por el camino adecuado hacia el regreso a casa.
Si la persona tiene fe en lo que dice y en lo que pide así será.
Tenga en cuenta
Pasos para cambiar mi propio destino
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