Espacios para la paz y la convivencia

09:05 am 08-agosto

ELKIN QUINTERO

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“Soñar el sueño imposible, luchar contra el enemigo imposible, correr donde valientes no se atrevieron, alcanzar la estrella inalcanzable. Ese es mi camino y mi armonía.”

Don Quijote

 

El arte, da a los hombres la experiencia de vivir en un mundo donde las cosas son como deberían ser. Esta experiencia es de crucial importancia para las comunidades. Se convierte en salvavidas psicológico. Dado que la ambición de los mortales no tiene límite y la búsqueda de la felicidad es un proceso que dura toda la vida.

Necesitamos un momento, una hora, cierto período de tiempo en el cual podamos volver a vivir al experimentar el sonido de un acorde musical, recordarnos nuestra humanidad bajo la fuerza declarativa de un verso, volar a lugares desconocidos por el poder de una letra que se mece al ritmo de la voz de infantes, jóvenes y adultos, cantar odas a la vida y la muerte al escuchar un diálogo cervantino. Estos perdidos espacios dan el sentido de vivir en un universo de amor y armonía, y para los escépticos; los valores tan ansiados se han recuperado por medio del arte, ya en otras latitudes han sido exitosamente realizados. El arte es como un descanso, un momento de recargar combustible mental hacia nuevos logros. El Arte construye un momento de alegría metafísica, un momento de amor por la existencia, es como un faro, alzado sobre los oscuros cruces de los caminos de nuestro mundo.

Además, se debe recordar que la participación democrática de los integrantes de una comunidad en espacios artísticos y culturales favorece la resolución pacífica de los conflictos. Ellos representan una forma de expresión silenciosa, donde se comunican las situaciones de índole personal y social, generando conciencia al llevar a la reflexión momentos y pensamientos que por causa de la angustia que genera el capitalismo rampante no se consideran. También, permiten construir acciones y actitudes encaminadas hacia la participación ciudadana, en la identificación y posible solución al problema que los agobian desde tiempos sin nombre.

Nuestro departamento al igual que otros, revela que la guerra y el terror modificaron significativamente la vida en el campo y la ciudad, por tanto, es por ello que urgen espacios de promoción y animación de la paz a través de actividades culturales y artísticas como medio de sanar las heridas; estos espacios son indispensables para visibilizar experiencias positivas en favor de una cultura de paz y tolerancia, espacios donde muchas comunidades ya han plasmado con dibujos, comics, poesía, cuentos, novelas, recitales, bienales, fotografías, canciones y cantos sus emociones y opiniones respecto al tema de la guerra y el conflicto, y han demostrado otra manera de abordar tan delicados temas. No se debe ignorar que la ciudadanía transmite así, aspectos importantes desde lo colectivo y lo particular.

Debemos estar en sintonía con el universo artístico; este tiene el poder de estimular emociones y percepciones sobre el mundo interior y exterior, además, de promover el dialogo y la paz.

El arte tiene un poder de incidencia en las personas para trasformar los conflictos. Al intentar combinar la expresión artística con el concepto de paz, se incrementa la posibilidad de alcanzar una mayor audiencia y conmover la conciencia de la sociedad; desde esta perspectiva se debe ofrecer una plataforma neutral para el intercambio de ideas, promover el dialogo y el entendimiento entre los diversos factores de las comunidades, permitir que el poder emotivo y constructor de las expresiones artísticas como la música, el teatro, danza, artes visuales, poesía, canto y literatura, entre otras, resulten un componente significativo, eficiente y sanador para el departamento del Cauca.

Por lo tanto, no podemos silenciar estos ejercicios donde por medio del arte todos tendrán voz. La creatividad en la resolución de conflictos representa el surgimiento de una verdadera cultura de Paz, de un noble acto democrático.