La Escuela Popular por la Paz es una iniciativa liderada por el colectivo Periferia Crítica, que busca descentralizar la cultura y llevar espacios de formación a diversas zonas periféricas de Popayán.
El proyecto empezó a desarrollarse en el barrio Deán Bajo, en el año 2015, y posteriormente se trasladó al salón comunal del barrio Loma de la Virgen, donde cada ocho días se reúnen para realizar actividades como, talleres de teatro, danza en tela aérea, dibujo y pintura, entre otros. Además, han tenido iniciativas como preuniversitarios populares, donde forman a los jóvenes para que puedan acceder a la educación pública superior, y jornadas que buscan reivindicar la soberanía alimentaria.
“Generalmente en las actividades artísticas participan bastantes niños de la comuna, inclusive hay niños que van desde otras comunas bastante alejadas”, asegura Yamith Bolaños, ingeniero de sistemas e integrante de dicho colectivo.
En relación a la soberanía alimentaria, el colectivo ha puesto en marcha varios procesos de huertas comunitarias en Popayán, que inicialmente surgieron en el barrio Loma de la Virgen y desde ahí se ha expandido a otras partes, con el apoyo de varas organizaciones, grupos de investigación de la Universidad del Cauca y comunidades barriales.
“En Los Naranjos funciona una huerta comunitaria desarrollada por principalmente mujeres habitantes del sector, igualmente en el Ecobarrio Sinaí, en Bosques de Pomona, donde tenemos una huerta medicinal. Ahí hay varios procesos y conformamos la red de huertas urbanas”, afirma Yamith Bolaños, integrante del colectivo Periferia Crítica.
Las huertas comunitarias
Las huertas tienen cada una su propia dinámica y funcionan de manera diferente. “Como Periferia Crítica somos los encargados de estar pendientes de las huertas, por lo que nos reunimos cada ocho días los sábados para hacer el mantenimiento. Cada huerta tiene su especialidad, por ejemplo, en La Loma de la Virgen se siembran diferentes productos como maíz, fríjol, arveja y plantas aromáticas. Igual sucede en Los Naranjos, donde mayoritariamente es cuidado por mujeres” manifestó Yamith.
En el barrio Bosques de Pomona la huerta es de aromáticas, debido a que la comunidad evidenció que su prioridad no era la producción de alimentos para consumo, por lo que decidieron enfocarlo en la medicina ancestral, y así recuperar los saberes tradicionales que tenían las abuelas cuando tenían algún dolor y recurrían a las aromáticas para sanarlos.
“En el Ecobarrio Sinaí, por ejemplo, que es un barrio con una propuesta diferente al resto de espacios, hay varios procesos trabajando en función de esto, igual que la huerta del ojito de agua en La Paz. Es importante mencionar que las huertas son agroecológicas y no utilizamos nada de químicos para el cultivo ni para la siembra, en ese sentido, con ese enfoque buscamos ser guardianes de semillas nativas, impulsando la no compra en grandes almacenes, y así poder resguardar esas semillas nativas”, señaló Yamith.
También añadió que, actualmente están trabajando en un proyecto financiado por la Cruz Roja, donde hay varios procesos de huertos beneficiados. Por ejemplo, en la Loma de la Virgen el objetivo es construir una casa de semilla, desde donde se puedan distribuir al resto de huertos.
Además, Yamith manifestó que: “En la Loma de la Virgen hay muy poca gente de la comunidad, quienes participan son gente externa, a diferencia de Los Naranjos, donde la huerta es sostenida por la gente de la misma comunidad. Haciendo el análisis de las personas que participan por ejemplo de la huerta de los naranjos, son señoras en su gran mayoría jubilados, que alguna forma económicamente tienen algo estable. Creo que ahí radica algo fundamental, porque en la Loma de la Virgen vemos una población que en su mayoría vive del diario, del rebusque y pues las jornadas que hacemos son los días sábados en la mañana, día en que mucho de ellos están”.
Fomento de una política de soberanía alimentaria
“Como colectivo nosotros le hemos apostado a la construcción de espacios para la paz, con la intensión de contribuir a la sociedad. Nuestra actividad no se limita sólo al tema artístico, también hay unas apuestas políticas al interior del colectivo. Por ejemplo, con el tema de soberanía alimentaria y huertas urbanas queremos apostar a la construcción de una política pública en soberanía alimentaria. Creemos que a través de estos escenarios lo que estamos haciendo es aportarle a esa construcción de paz que debe ser desde los territorios, donde se siembra la semillita de transformación en los niños y jóvenes”, aseveró Yamith.
La política pública en soberanía alimentaria que impulsa el colectivo Periferia Crítica tiene algunos avances realizados desde la Universidad del Cauca y sus diversos grupos de investigación, que participan de este proceso a través de proyectos de grado, en los cuales se ha empezado a construir los lineamientos de la política pública. En ese sentido, lo que se buscan es que como comunidad puedan ser soberanos en definir qué y cómo cultivan los alimentamos que consumen.
“Hemos impulsado desde los entes municipales y departamentales el apoyo de este tipo de iniciativas de huertos urbanos, para que se puedan consolidar. De alguna forma estaríamos garantizando y dando una alternativa a la problemática del hambre”, puntualizó Yamith.
Para finalizar, Yamith señaló que uno de los retos más grandes son el sostenimiento de las huertas y la financiación de los materiales que utilizan en los talleres. “Nosotros no recibimos ningún pago por las actividades que desarrollamos, ni siquiera los talleristas. Cuando hemos tenido recursos los niños han tenido la oportunidad de pintar con óleos, y se han hecho talleres de xilografía con todos los materiales pues que se requiere, pero cuando no, nos hemos visto en la necesidad de buscar otras alternativas”, especificó.
Las personas que quieran vincularse a este proceso, ya sea como tallerista, donando implementos para los talleres o como participante, puede acercarse los sábados en horas del día en el salón comunal del barrio Loma de la Virgen.