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GUILLERMO GARCÍA REALPE
Senador de la República
@GGarciaRealpe
El río Cauca, el segundo afluente más importante de nuestro país, el mismo que nace cerca de la Laguna El Buey en el imponente Macizo Colombiano, que atraviesa 180 municipios a lo largo de 1350 kilómetros y que desemboca en el río Magdalena, cerca de Pinillos, Bolívar, hoy vive su peor momento de toda la historia.
Las razones son bien conocidas, desde hace ya varios meses por cuenta del mega proyecto eléctrico HIDROITUANGO, el río Cauca ha venido siendo víctima de toda serie de maltratos por cuenta de EPM, responsable de la construcción de la presa en el Bajo Cauca antioqueño.
A partir de este desastre, el río Cauca presentará unos cambios significativos en el régimen hídrico y geomorfológico, por ejemplo en su sedimentación, lo que permite que el río se oxigene, que haya alimento para los peces y en fin, toda una relación ecosistémica alrededor de esos sedimentos. El río ha cambiado hasta de color, ahora es verde, precisamente porque los sedimentos han quedado sin el cauce habitual. Y cortó definitivamente la migración en doble vía de los peces.
Las comunidades, las más afectadas, pueblos enteros, gente que ha nacido en las riberas del río, gente que ha tomado su alimento del río y de un momento les cambiaron todos esos hábitos, el impacto desde luego, también es enorme para esas comunidades y su gente.
Hoy el panorama es desolador y lo vemos a diario en las noticias en poblaciones más cercanas a la presa como Puerto Valdivia, Puerto Antioquia, Cáceres, Taraza, incluso otras más distantes como Caucasia y Nechí, comunidades todas que han visto cómo la improvisación y las malas decisiones del responsable del proyecto les cambió de un momento a otro su cotidianidad, algo jamás visto en la historia.
Ahora la recuperación va a tardar mucho tiempo, el río nunca volverá a ser el mismo, el afluente ha sufrido daños irreparables. El Cauca aporta el 37% del caudal del río Magdalena, es decir que el efecto también en ciénagas y en el propio río grande de la Patria aguas abajo será impactado, como también se verán los impactos en La Mojana.
Será entonces la resilencia de la naturaleza que determine su futuro.
¿Volverá el Cauca a ser el mismo, se podrá recuperar el ecosistema? Son interrogantes que hoy los colombianos nos preguntamos. Creemos que NO. El imponente Cauca, el segundo río más importante que tenemos los colombianos, en condiciones normales, por sus aguas corrían entre dos mil y dos mil 500 metros cúbicos por segundo, pero hoy el panorama es de 50 metros cúbicos por segundo, algo aterrador desde todo punto de vista.
Incluso, el río hoy ya no tiene el caudal ecológico, que es un caudal mínimo para la vida de los peces, para el aprovechamiento de las comunidades aguas abajo y por supuesto para la evacuación de aguas servidas de las poblaciones aledañas a las ciudades, esto es un impacto grave.
Es una demostración más de los errores en la construcción del proyecto HidroItuango que no solo va a afectar a Antioquia sino a todo el país, porque va a haber una merma en el suministro de energía para el próximo año.
Hoy, con la reducción del caudal a los mínimos, incluso no tener el caudal ecológico ya ha ocasionado mortandad de peces, más de 50 mil peces han muerto, también está generando graves afectaciones a la fauna acuática del río y por supuesto la afectación social y económica de las poblaciones aguas abajo.
Lo peor es que no sabemos qué ocurrirá hacia adelante, porque la afectación es día a día, hay contingencias diarias y hoy se dice que no solo hay afectación en los conducidos del desagüe, sino en el macizo mismo porque así lo anuncio una investigación de la ONU que indica que el macizo sobre el cual está ubicado el embalse es vulnerable y que va a tener efectos graves de hidrología por la circulación de aguas al interior del macizo al elevarse los niveles por el embalse.
En todo caso, una vez pasen todas estas contingencias y cuando Hidroituango logre una estabilidad, y tan pronto el Congreso de la República retorne a las sesiones ordinarias, insistiremos en citar en la plenaria del Senado un debate de control político para que todos los responsables de este desastre social, ambiental y económico le dan la cara al país y respondan por sus actos.
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