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Por: Olga Portilla Dorado
@olguitapd
Los habitantes del municipio de Rosas, al sur del Cauca, años atrás solo tenían referencia de las Fuerzas Militares por ocasión del conflicto armado. Hombres pertenecientes al Batallón de Alta montaña número 4 que opera en esa zona, y algunas fuerzas especiales, recorrían Rosas con la intención de brindarle seguridad a sus habitantes; hoy, con un panorama menos complejo, podría decirse que la labor de estos soldados es otra: contribuir a la convivencia, mejorar la calidad de vida y el desarrollo de esta zona del Cauca.
Y es que así quedó demostrado, cuando desde hace más de un mes, el grupo de Manejo de Artefactos Explosivos (Marte) adscrito a la Tercera División del Ejército Nacional, llegó hasta la vereda Churo Tablón, ubicada a una hora de la cabecera municipal de Rosas, con el objetivo de ayudar a la Junta de Acción Comunal y a la Administración municipal, para adecuar una vía que de esta zona del municipio conduce a Sotará, Paispamba, y que conecta también con el Departamento del Huila; sin duda un importante corredor para las personas que habitan en esta vereda y en territorios de esos otros municipios.
Aunque desde la alcaldía de Rosas, en cabeza de Jesús Eduardo Díaz, y con apoyo de la Junta de Acción Comunal del Churo Tablón, a cargo de Uriel Ibarra, y de toda la comunidad, ya se había dado inicio a la adecuación de lo que antes era un “camino de herradura” por donde solo transitaban caballos o mulas; las labores se vieron interrumpidas por la presencia de una enorme roca que cayó en una de las curvas de la vía, dejando incomunicada a esta población.
Por eso, con el liderazgo de Uriel, y su “terca intención” de comunicar a sus vecinos y a otros ciudadanos que a diario deben transitar entre Rosas – La Sierra y Sotará, decidió tocar puertas para remover esa roca, y en medio de esa búsqueda, llegó hasta la oficina del capitán Andrés Felipe Pietro Castro, comandante del grupo Marte de la Tercera División, a quien el presidente de la JAC del Churo Tablón le comentó lo que necesitaban: destruir con explosivos la roca que impedía el paso, y que manualmente era imposible derribarla.
“El presidente de la Junta de Acción Comunal llegó a las oficinas del grupo Marte, yo le conté que teníamos esas capacidades, que lo podíamos hacer, afortunadamente el Brigadier General Jorge Horacio Romero Pinzón, comandante de la Tercera Brigada, dio su aprobación para realizar esta obra y con apoyo de la comunidad, de la alcaldía y por supuesto de los ingenieros especialistas de mi grupo, logramos explotar controladamente esa roca y dejar la vía libre”, explicó el capitán Pietro.
En esas labores estuvieron durante 32 días, donde se realizaron más de 1200 barrenos, es decir los huecos que se perforan para ir fracturando la roca con explosivos; labor que si bien este grupo tiene la experticia en hacer (pues realizan voladuras a cielo abierto), no es que sea su principal misión, ya que el grupo Marte se creó con el fin de proteger a los integrantes de la Fuerza Pública y a la población civil de eventos con artefactos explosivos, como por ejemplo desactivar “carros bomba” y artefactos explosivos improvisados en alta escala.
“Este grupo es el nivel máximo en antiexplosivos en el Ejército, a nivel nacional hay ocho y nuestra jurisdicción está en Cauca, Valle y Nariño, aunque nuestra misión es otra, también tenemos la capacidad para hacer obras como esta que beneficien a la comunidad”, comentó el capitán Pietro.
Uriel Ibarra, presidente de la JAC del Churo Tablón recordó que en un año la alcaldía cumplió su compromiso de ampliarles la vía que antes era un “camino de herradura”, pero en esas obras se les presentó el problema de la roca, por lo que ellos ya perdían las esperanzas, hasta cuando “gracias a Dios tuvimos una mano amiga como el Ejército, y el Comité de cafeteros que nos ayudó con 9 alcantarillas”.
Esta vía es importante porque a través de ella se desembotellan tres municipios: Sotará, La Sierra y Rosas, son alrededor de 25 veredas, y unas 4 mil personas beneficiadas.
Por su parte el alcalde de Rosas, Jesús Eduardo Díaz, señaló que para el municipio esta vía significó varias cosas, primero el logro y el éxito del trabajo en equipo, la articulación entre institucionalidad, comunidad y fuerzas militares; segundo la demostración de la buena gestión y administración de los recursos, pues cuando él planteó el proyecto le cobraban 600 millones de pesos solo por ampliarla, al final esta obra solo le costó a la alcaldía 38 millones de pesos.
“Por 6,71 kilómetros nos cobraban 600 millones, entonces lo que hicimos fue pensar en que mejor comprábamos un buldócer que nos costó 500 millones de pesos; luego seguimos tocando puertas, llegamos al Comité de Cafeteros y nos dieron para el combustible de esta máquina, pero además nos ayudaron con la construcción de 9 alcantarillas; y por otro lado se hizo la gestión con el Ejército para quitar la roca que ocupaba unos 35 metros de vía, un trabajo por el que nos hubieran cobrado más de 100 millones de pesos. Además resaltamos el trabajo y la contribución de la comunidad, que muchas veces de su bolsillo sacó para comprar material”, explicó el alcalde.
Un total de 7 kilómetros aperturados, que no solo significan “recortar camino”, sino que después de más de 30 años, los habitantes de esta población y zonas aledañas, pueden llevar y traer los productos agrícolas que se producen en sus parcelas. Ya no habrá mayores inconvenientes para sacar el café y el lulo, principales productos de la economía de esta población.
“La ilusión de los campesinos es siempre tener buenas vías, porque nosotros nos atrevemos a sembrar, a producir, pero los costos de transacción que significa sacar nuestros productos a vender son altos. Sin duda, para nosotros como cafeteros esta vía representa un avance, una contribución clara a nuestra labor”, expresó Gerardo Montenegro, director ejecutivo del comité de cafeteros del Cauca.
Finalmente, el general Jorge Hernando Herrrera, comandante de la Brigada 29, destacó que labores como esta son importantes dado que además de garantizar la seguridad y protección a la población, los soldados están llamados a apoyar y a contribuir a este tipo de tareas, con las que se busca integrar a la comunidad y hacer visible los líderes comunitarios, y generar en los habitantes de estos territorios la responsabilidad de que las nuevas generaciones aprendan esos buenos hábitos de estar en la legalidad, de ser buenas personas y de trabajar por el campo del país.
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