El Segundo periodo del presidente Juan Manuel Santos, fija como prioridades de su gestión para los 4 años de gobierno, que se iniciaron el pasado 7 de agosto del año en curso: La educación, como piedra angular para el logro de una sociedad equitativa y de esta forma poder aclimatar la paz.
Para ser consecuente con esta propuesta, presentó el proyecto de presupuesto para la próxima vigencia; en donde la iniciativa presupuestal por primera vez en la historia del financiamiento de la educación en el país, se le asigna la mayor participación en el presupuesto nacional, con un rubro de 28,9 billones de pesos.
Siendo el recurso financiero importante es más importante la prioridad de su inversión, por cuanto en el escenario en donde nos encontramos con unas desigualdades tan abismales, en lo económico, lo social, lo cultural y lo educativo, los recursos seguirán siendo insuficientes.
Colombia arrastra unas inequidades a lo largo de su historia, para el año 1900 al iniciar el siglo XX, el pueblo era analfabeta en un 90%, quienes tenían derecho a ser educados, eran los hijos de las elites dominantes, para el caso de Popayán era más exclusivo el sesgo de selección dados por los apellidos de tradición de abolengos. En el presente siglo en la costa pacífica en el inicio de este nuevo siglo, hay subregiones con un analfabetismo de un 21% y el promedio nacional está en 7%, esta es una de las mayores injusticias sociales, que no es fácil superarlas a corto tiempo. Los cambios en educación se hacen en un largo tiempo y en donde se requiere una política de largo aliento que sea garante de una asegurabilidad de asumir la educación como prioridad en el país por parte del Estado, por los gobiernos departamentales y municipales; se requiere que la clase dirigente esté convencida de esta política, que el sector productivo apoye dicha política y que se logre un total compromiso por el magisterio en todos sus niveles, que el pueblo exija su cumplimiento y que tengamos el recurso humano competente para implementarla.
Prioridad 1.- Si recogemos las experiencias de países que en el presente marcan los mejores avances en educación, y por ende han obtenido una ordenada organización social, como también en la calidad de sus recursos humanos tanto gerenciales como técnicos, por ejemplo el caso de Finlandia, han asumido la educación como un proyecto nacional, con una definida identidad cultural, con una determinación que el principal recurso con que cuentan para mantener una excelente calidad de vida para todos, se logra mediante una educación de calidad y para el logro de dicha calidad, establecieron como prioridad número uno, la formación del maestro, luego de un exigente proceso de selección en donde cuenta su rendimiento académico a lo largo de su desempeño escolar, una observación atenta a sus capacidades intelectuales y personales, mediante una serie de pruebas de evaluación y luego de que haya terminado su pregrado en educación superior y realizado una maestría a fin al nivel educativo en donde se aspira a trabajar, se presenta a su último concurso para aspirar a la vacante convocada, como estímulo a esta exigente selección se le ofrecen unas condiciones de trabajo optimas y un salario equiparable a las mejores profesiones.
Para el caso Colombiano esta prioridad, conllevaría a transformar las escuelas normales superiores en universidades pedagógicas o facultades de educación relacionadas con una universidad, en donde sus currículos deben ser garantes de excelencia académica, idoneidad pedagógica, hacer del candidato a maestro, una persona con capacidad de hacer un uso correcto del castellano (provocar la lectura y escritura), aprender una segunda lengua extranjera, un especialista en metodologías activas, una formación filosófica y epistemológica, un desarrollo de su capacidad de razonamiento lógico – matemático, una actitud positiva a los procesos de investigación, innovación y creatividad, como también un uso adecuado de las TIC.
Este maestro asumirá la mentalidad de orientador y provocador del aprendizaje de sus alumnos, los maestros de primaria además de ser expertos en lecto – escritura, deben lograr una excelente caligrafía en sus alumnos, esto se debe trabajar en acción conjunta con el colectivo docente y será un observador de una correcta redacción y ortografía.
El maestro para el caso Colombiano, se debe formar a nivel de educación superior, incluyendo las escuelas normales superiores reestructuradas y estando seguros que el maestro se forma en la universidad y se hace maestro en el aula de clase, en relación con su comunidad escolar, en el contexto de su escuela.
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