RICARDO LEON URREGO RUIZ
Con el título de esta columna será presentado en Ciudad de México el escrito que recuerda en sus líneas al tren que llegó a Popayán por primera vez en el año de 1926. Este documento al cual hago referencia trata de los pasajes del ferrocarril que nos trajo la modernidad a una ciudad pequeña como lo era la capital caucana y que durante un tiempo fuimos testigos de ese paso de máquinas y vagones en nuestros vecindarios. El texto en mención recoge pasajes y vivencias personales del autor de un tren que metió a Popayán en la época moderna si consideramos que para los años Veintes del siglo pasado ya muchos países contaban con cientos y miles de kilómetros de líneas férreas.
EL TREN QUE YO CONOCÍ es por consiguiente un pequeño libro escrito por alguien que sí vivió en carne viva la llegada de ese tren en espacios cambiados y muchos de ellos desaparecidos. Se destacan a parte del servicio ferroviario, otros aspectos curiosos de Popayán y algunas similitudes con otras regiones y ciudades colombianas. Revive la manera absurda de manejar el poder gubernamental de un país y las irresponsabilidades con los recursos públicos. Se recuerda la inversión de los dineros pagados a Colombia por la pérdida del Canal de Panamá y las inversiones de estos dineros en la infraestructura para adelantar los trazados en los montes colombianos.
Resulta muy grato y destacado que este texto EL TREN QUE YO CONOCÍ sea presentado en Ciudad de México, en El Club de Periodistas de México el día viernes 20 de marzo con la presencia de su autor. En este caso el autor soy YO, la persona que escribe esta columna de opinión para ustedes en El NUEVO LIBERAL. Lo importante sería que al regreso de la presentación del libro en el exterior, ante un auditorio interesado por la cultura de otros pueblos, en Popayán y en el Cauca permitan el espacio para que las nuevas generaciones conozcan una historia local. Es lo menos que se les pide desde aquí a las autoridades encargadas de los pocos recursos para la cultura y el arte.
Por último va mi agradecimiento a la sociedad y al gremio del periodismo mexicano por la invitación y el gran interés demostrado en conocer un suceso de nuestra historia payanesa y caucana y a la vez, colombiana. Esperamos que en nuestro propia región y país también se tenga el mismo espacio e interés.
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