Jazmín Muñoz Yela
“Popayán se acabó. Eso fue lo primero que se me vino a la mente cuando vi que ya no había cúpula en la Catedral”. Con los ojos aguados y la nostalgia que causa revivir un hecho que le ha marcado a uno la vida, Luis Arévalo Cerón el primer periodista que pudo narrar al país lo acontecido, cuenta detalladamente el triste suceso de aquel 31 de marzo de 1983. Ese jueves Santo en que Popayán se sacudió y marcó un hito en la historia de esta ciudad.
“Con mi esposa salimos a trotar al aeropuerto Machangara, así se llamaba en ese entonces. Al regresar a casa después de descansar un rato me disponía a ir a la emisora a pasar un informe de Semana Santa. En ese instante, antes de poder abrir la puerta sentí como el inmóvil y quieto suelo se convertía en un potro salvaje que hacía brincar fuertemente la casa. Nunca había sentido tanto miedo”, relata Luis Arévalo Cerón
Los medios para esa época no eran muchos. La radio y la prensa eran los que tenían el control de la información en la ciudad. De los pocos que había, el periodista Luis Arévalo Cerón de Radio Popayán, filial de Caracol a nivel nacional, fue quien dio a conocer al país y al mundo la noticia.
“Me escudé bajo el marco de una puerta mientras ocurría el terremoto. Cuando pude reaccionar abrí la puerta y vi como las esquinas de las casas de mi cuadra se habían caído. El panorama era desolador. Empecé a caminar hacía la emisora que quedaba por la octava a la vuelta de la iglesia de San Agustín, pero el vigilante que aún estaba me dijo que ahí nada funcionaba, entonces salí hacía el Parque Caldas, por el camino observaba como la gente miraba con tristeza sus casas, la iglesia, las calles. Al llegar al parque miré hacía la Catedral. Popayán se acabó. Eso fue lo primero que se me vino a la mente cuando vi que ya no había cúpula en la Catedral. En ese momento sabía que tenía que lograr comunicarme con el resto del mundo”.
La prensa también estuvo presente en aquel día. El periódico El Liberal había realizado una separata titulada ‘Popayán epicentro cultural’, la cual alcanzó a ser repartida en una pequeña porción a algunos suscriptores antes de que todo se fuera al piso. Y el titular se cumplió, Popayán fue el epicentro, pero de un terremoto.
“Nosotros habíamos dejando haciendo una separata especial por Semana Santa, eran las dos de la mañana cuando salí del periódico y me fui a casa. Los repartidores salen temprano y por ello alcanzaron a entregar algunos periódicos, mientras ellos repartían yo descansaba, hasta que me despertó el terremoto”, indicó Eduardo Gómez, director de El Liberal en esa época.
Pocas eran las posibilidades de comunicarse. Las líneas telefónicas no servían, muchos postes se habían caído y los cables y cabinas estaban destruidos.
“Tenía que encontrar la forma de comunicarme. Entré a la alcaldía donde quedaba la telefónica, pero todo estaba tirado, ahí nada servía, entonces salí de allí. Mientras veía los destrozos se me ocurrió ir a Telecom, pero llegar hasta allá era complicado por los escombros. Pero lo hice. Al llegar me encontré con el vigilante a quien le pedí desesperadamente una línea a lo que respondió que nada funcionaba. Al ver mi desespero y mi insistencia el vigilante dijo, siga al tercer piso allá hay un ingeniero que lo puede ayudar”, relata Luis Arévalo.
Desde que Luis Arévalo salió de su casa hasta llegar a Telecom había pasado 40 minutos desde el terremoto. La ciudad casi en ruinas poco a poco era recorrida por los atónitos ciudadanos que aún no creían lo que pasaba.
“Como sea llegue al tercer piso de Telecom. Ahí el ingeniero dijo, ¿usted qué hace aquí? Y yo me presenté. Soy Luis Arévalo Cerón, periodista de Radio Popayán y corresponsal de Caracol Nacional, necesito que me dé una línea para comunicarme con Bogotá, le dije. Ante la incertidumbre del ingeniero y el afán que yo tenía, el hombre me dio la única opción, la línea de emergencia. Le di el número y llame. Quien me contestó dijo de ¿dónde llama? Yo le contesté de Popayán, el hombre dijo ¿cierto que tembló y se cayó una casa? Y yo le dije no, se cayó toda la ciudad”, dijo Luis Arévalo.
La línea de emergencia fue el medio por el cual se dio a conocer la tragedia de la ciudad. Y lo primero que escuchó el país fue que Popayán estaba en ruinas.
“Eran las nueve de la mañana cuando me colocaron al aire, presentaron la noticia y a mí, el periodista que la iba a relatar. Terremoto en Popayán acaba de sucumbir toda la ciudad y necesitamos el apoyo y la solidaridad de todos los colombianos con la capital del Cauca. Eso fue lo primero que dije seguido de los templos de la ciudad han caído ante el embate de la naturaleza, La Catedral, San Agustín, Santo Domingo, San Francisco, las casas coloniales han caído, sus construcciones de bareque y adobe no han resistido, necesitamos solidaridad”, indicó Luis Arévalo.
El informe de Luis Arévalo fue escuchado por el presidente Belisario Betancourt quien se dirigía a Neiva, pero cambió su agenda para llegar a Popayán por la emergencia que la ciudad vivía. Después de ese primer informe estuvo transmitiendo durante horas a través de esa línea que se convirtió en el canal de comunicación con el resto del país.
Ese día del terremoto estuvo lleno de asombro, incertidumbre y tristeza, pero desde ese momento hasta ver nuevamente renacer la ciudad, esa era su realidad.
“Se trabajaba con linotipos, las máquinas para imprimir el periódico eran los dinosaurios de la época. Esos aparatos debían estar impecablemente limpios para poder imprimir en ellos y con el terremoto todo estaba lleno de pedazos del techo y las paredes, porque El Liberal no se cayó, pero quedó averiado notablemente. Después de aterrizar en la realidad, se empezó a reconstruir el liberal y el técnico a revisar las máquinas, pero mientras eso pasaba debimos ir a imprimir a Cali y un poco más de una semana, El Liberal volvió a circular relatando lo que en la ciudad ocurría.”, indicó Eduardo Gómez.
La necesidad de volver a tener tranquilidad, de encontrar a sus familias y de tener sus casas unió a la ciudad. La solidaridad y la esperanza estaban presentes en cada ciudadano. El periódico Proyección del Cauca junto a El Liberal fueron los medios que circularon en Popayán después del terremoto. En dichos ejemplares se observan las fotos de la magnitud de la tragedia, así como las personas que buscaban superarla en medio de los escombros.
“Lo malo del terremoto fueron los muertos, porque a raíz del terremoto se despertaron buenos sentimientos, buenas acciones, la solidaridad fue muy grande y pudimos ver la ciudad surgir, armarse de valor y volver a empezar. Para los periodistas vivir este acontecimiento fue muy importante porque nos tocó ayudar a contar la historia y el reconstruir de la misma desde la vivencia. La primera edición después del terremoto la titulamos, ‘El liberal el diario reconstruir de Popayán y el Cauca’, porque varios municipios resultaros afectados”, indicó Eduardo Gómez.
El periodista Óscar García es uno de esos orgullosos periodistas de la época, quien concluye que no pudo tener mejor profesión en ese momento.
“Fue un momento muy duro, donde la vida me puso a prueba para tomar la decisión de la cual no me arrepiento: ejercer el periodismo hasta sus más duras condiciones. Tengo dentro de mis archivos la edición que circuló ese día de los hechos así como la que circuló a los pocos días, tras un gran esfuerzo de colegas, con los cuales afrontamos la tarea de informarle al mundo sobre lo sucedido”, indica García periodista que, como los veteranos del oficio, aprendió a escribir para informar sobre la marcha.
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