NELSON EDUARDO PAZ ANAYA
Para quienes daban por sentado que el sistema de las democracias neoliberales, estaba plenamente establecido, y que cualquier amenaza masiva a la humanidad era cosa del pasado, porque la ciencia estaría en condiciones de producir una rápida respuesta para salvar al hombre y de paso producir utilidades, el coronavirus, desmantelo tanta ilusión.
La noticia de un remoto lugar de la China en donde un virus mataba gente y obligaba el confinamiento de la población, sonaba como todo lo de estos lejanos países, tan distante que nadie hubiera creído sus efectos fueran mundiales y llegaran a Colombia, tan rápido y con predicciones tan alarmantes y demoledoras.
El escritor Yubal Noah Harari, profesor de historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén, en su libro “De animales a dioses”. Breve historia de la humanidad, inicia su relato 13.500 millones de años antes de hoy, cuando aparecen la materia y la energía inicio de la física; los átomos y las moléculas, inicio de la química, la tierra, para después pasar por la revolución cognitiva, la revolución agrícola, y la revolución científica, hasta llegar a los diseños inteligentes de los organismos, en el día de hoy, no extrañan a la humanidad estos relatos.
Al referirse al descubrimiento de la Ignorancia, señala como la ciencia moderna difiere de todas las tradiciones previas de conocimiento en tres puntos: La disposición a admitir ignorancia, “no lo sabemos”. La centralidad de la observación y de las matemáticas. La adquisición de nuevos poderes, no solo crea nuevas teorías, sino que desarrolla nuevas tecnologías.
Noah Harari, dice que todos los intentos modernos de estabilizar el orden sociopolítico, no han tenido otra elección que basarse en dos métodos no científicos, “declarar que se trata de una verdad final y absoluta” los nazis y los comunistas; el otro, dejar fuera la ciencia y vivir según “una verdad absoluta no científica”, estrategia del humanismo liberal, basada en la creencia dogmática.
Agrega: “El gran descubrimiento que puso en marcha la revolución científica fue el descubrimiento que los humanos no saben las respuestas a sus preguntas más importantes”. – Lo de pensar,- pero la globalización de los mercados, si sabe cuántas ganancias da a las trasnacionales.
Todo este proceso, hace parte de la preocupación expuesta en el dialogo casero de todos los colombianos y seguramente de millones de habitantes del planeta, que partirá de la pregunta y entonces en donde queda el presunto avance de la civilización? ¿porque explotar sin medida de los recursos del planeta? y los sacrificios de la humanidad en aras del sostenimiento de un modelo indefendible?
La bomba atómica, chernóbil y ahora el coronavirus vuelven y nos colocan frente a la pregunta, ¿será que si es posible el futuro? Es correcta la dirección del hombre en la tierra, está bien conservar esta pasividad que a la hora de la verdad a todos afecta sin ninguna garantía? Todo puede colapsar.
El coronavirus, debe servir para reflexionar, como evitar los efectos del neoliberalismo y de la globalización, es claro que su crecimiento está condicionado al sacrificio de la población, no hay relación entre el número de camas hospitalarias y las ganancias de las trasnacionales y de los bancos, debía de darse una correlación, como parte del tal contrato social.
En todos estos asuntos, como en la estrategia de la prevención del contagio, solo el esfuerzo, la disciplina y el sacrifico de la población, como se ha reiterado de manera permanente, puede servir; por lo tanto, el enclaustramiento es óptimo para reflexionar, la debilidad del sistema de salud nacional, es muestra de la debilidad de todo el aparato estatal desde hace tiempos.
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