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La Academia Escarlata América Popayán festejó el pasado fin de semana su primer aniversario de creación con una actividad deportiva y social.
El evento que se cumplió en la cancha del Acueducto de El Tablazo, tuvo un partido femenino donde las locales enfrentaron a una escuadra de Palmira, al igual que las diversas condecoraciones por las efemérides.
El club que comenzó a ejercer como Academia desde julio de 2017, había surgido de la Escuela ‘Milán Kids’ que por entonces reunía a algo más de 50 niños en tres categorías bajo la orientación de Juan Alberto Klinger.
El proyecto creció a tal grado que los padres de los chiquillos decidieron adherirse a la franquicia del América de Cali con la finalidad de brindar mayor compromiso y una mejor proyección para los integrantes del naciente club. Surgió así la Academia Escarlata América Popayán, que en un año pasó de tener 55 jovencitos inscritos a más de 250.
Bajo esa premisa y contando con la difusión de los mismos padres de familia, el naciente club comenzó a crecer formando niños desde los 4 y hasta los 18 años en nueve categorías.
“Hacemos un trabajo planificado, con entrenamientos constantes a los niños incluyendo un entrenador de porteros al igual que de supervisión médica y de fisioterapia, enfocándonos más en lo preventivo y en inculcarle a los integrantes la importancia de mantenerse sano física y mentalmente”, recalcó la señora Paz.
Actualmente, los diversos equipos de la Academia Escarlata América Popayán disputan torneos especialmente en el Valle del Cauca, donde la participación formativa es más completa que la que tiene Popayán y el Cauca. Eso sí, también se mantienen atentos a la apertura de los pocos eventos que abre la Liga Caucana de Fútbol y Comfacauca, para tomar parte de ellos en las diversas categorías desde teteros hasta las juveniles.
Asimismo, participan en forma constante de chequeos entre los clubes de la franquicia bajo la supervisión de personal propio del América de Cali.
Las prácticas de la Academia se llevan a cabo en la sede del Acueducto de El tablazo, el colegio Liceo y las canchas sintéticas Néstor Otero, en la que un equipo de entrenadores constantemente capacitados por el América de Cali, cumple con la formación deportiva y personal de los chicos.
El naciente club piensa en grande y por ello los padres que cancelan las mensualidades siguen el ideal de sus directivos de adquirir un terreno a fin de construir una sede propia en donde unifique el trabajo de formación en todas las categorías con que trabajan.
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