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CLARA INES CHAVES
El nombramiento de Carlos Holmes Trujillo como Ministro de Relaciones Exteriores en el nuevo gobierno que se posesionará el 7 de agosto, ha sido un gran acierto.
Holmes no solamente tiene una hoja de vida brillante como Alcalde de Cali, Ministro de Educación, Ministro del Interior, Embajador ante distintos países y organismos internacionales; sino que perteneció a la Asamblea Nacional Constituyente y fue Alto Consejero para la Paz.
Su participación en actividades relacionadas con la paz, y su posición moderada frente al actual escenario de posconflicto, es una garantía para que el apoyo internacional al mismo se continúe armónicamente, y se puedan consolidar los acuerdos de paz.
Su don de gentes, su señorío y su experiencia harán que realice una notable labor al frente de la diplomacia colombiana.
Para quienes han temido posturas radicales de algunos miembros del Centro Democrático, su partido, con relación a la paz, Carlos Holmes representa una garantía de mesura, de dialogo, de negociación, de punto medio, que servirá para calmar las tempestades que puedan darse en el futuro.
Durante su participación en las últimas campañas electorales, siempre se mostró como una figura refrescante, capaz, conciliadora, académica y sobre todo con experiencia.
Todas estas cualidades y condiciones que posee Carlos Holmes oxigenarán el Ministerio de Relaciones Exteriores, y le darán a la diplomacia colombiana la dinámica que se requiere no solamente para cumplir con los objetivos de nuestra política exterior.
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