Comentarios recientes

    El martirio de la carretera Popayán-Cali

    GUILLERMO ALBERTO GONZÁLEZ MOSQUERA

    [email protected]

    Ir a Cali por razones de salud, de negocios o por cualquier otra, se ha convertido para los payaneses en un martirio sin cuento. Antes se podía hacer el trayecto en dos horas, cuando hoy -si se está de buenas- se llega a cuatro horas. Las razones son múltiples: el aumento del tráfico compuesto especialmente de camiones y de buses, las dos calzadas que en la vía aparecen estrechas y mal diseñadas y la inoperancia de una carretera importantísima para el país, pero imposible para recorrer en cualquier dirección que se transite.

    El Ministro de Transporte de entonces, German Vargas Lleras, anunció en el Parque Caldas con bombos y platillos la pronta iniciación de los trabajos de la doble calzada Popayán – Cali para los próximos días. Aún más, se anunció la apertura de la licitación que se aplicó a una firma ecuatoriana, sin que se supiera en qué momento se harían las consultas a las comunidades o las compras de terrenos afectados. No se ha visto una palada de tierra que indique que la promesa ha sido cumplida. No se sabe aún en qué estado se encuentran algunos trechos que en rigor habían podido iniciarse por no tener los susodichos problemas. Se dice que algunos malandros han comprado o construido edificaciones en la vía para que el gobierno nacional les pague el derecho a que tienen para localizar los trabajos. Mientras tanto el ciudadano o el transportador deben esperar una hora o más en tanto se despeja el problema.




    La semana anterior por ejemplo ante un accidente ocasionado por una motocicleta y una camioneta, debió suspenderse el tráfico mientras las autoridades tomaban las medidas de rigor.

    Al cabo de una hora y cuarto se despejó la vía, que debió recorrer el trayecto haciendo malabares para conseguir llegar a Popayán. Un largo desfile de camiones y otros vehículos retardó el paso que de otra manera se habría solucionado con la doble calzada.




    ¿Qué pasa con la Panamericana? Una vía de semejante importancia debe tener prioridad en planes del gobierno. ¿Por qué no se inicia en los tramos que no hay consulta a la comunidad o se solucionan otros inconvenientes de tipo legal que impiden el avance de la obra?

    Si se pudo abrir la vía entre Bogotá y Villavicencio, la Panamericana Popayán – Pasto debe iniciarse ya.

    Podría, por ejemplo, iniciarse un trayecto en el que estén dadas las condiciones de derecho de vía y de consulta a las comunidades. Esto último se presta a demoras increíbles, pues se ha decidido por parte de algunos grupos retardar la iniciación de trabajos hasta que se colme la paciencia del Estado. Abrir por trechos es una solución parcial pero válida, que se puede ensayar desde ahora. Esperamos el cumplimiento de las promesas hechas, pero la paciencia se ha colmado. Popayán depende en buena parte de Cali para asuntos de salud y no se podría poner en peligro la vida de una persona por negligencia o por toma de decisiones.