El guajiro Luis Díaz

HAROLD MOSQUERA

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Viendo jugar a nuestro paisano Luis Diaz, ahora convertido en estrella del Liverpool de Inglaterra, cualquiera se siente orgulloso de ser colombiano. Pensando que ese muchacho, nacido en uno de los Departamentos más abandonados y olvidados de nuestro país, convoca a toda el pueblo a vestirse de rojo, para seguir sus pasos de gigante, camino de convertirse en el mejor jugar de futbol del mundo.

De la misma manera que, por cuenta de Juan Pablo Montoya, un día nos volvimos fanáticos de la Formula 1, aprendimos las reglas de las competencias y nos familiarizamos con el lenguaje de la gran carpa. Siguiendo a Camilo Villegas, conocimos el juego del golf, tras los pasos de Cabal y Farath, todos comprendimos el juego de dobles en tenis, o las de la halterofilia con María Isabel Urrutia, el bicicross, con Mariana Pajón.

Esos ídolos deportivos, nacidos de las entrañas de nuestro país, nos unen en torno a una pasión, hacen que se acaben las polarizaciones, por unos minutos, nos podemos abrazar todos y compartir felicidad. Esperamos ver a nuestro paisano Luis Diaz, coronarse campeón de la Liga e Campeones de Europa y seguro celebraremos., como cuando Cochise se coronó campeón mundial de ciclismo, o Pambelé, campeón mundial de boxeo. Es una lástima que no hayamos clasificado al mundial de futbol de Qatar, que sería la oportunidad de oro para que Luis Diaz obligara al mundo con su magia a poner sus ojos en La Guajira.

Es grato ver en cada acción de Lucho, la honradez de su trabajo, su disciplina y entrega, su sencillez y humildad, que hacen que nos identifiquemos muchos más con él, pues son las cualidades de la mayoría de los colombianos, de nuestros campesinos, de los trabajadores de las cultivos de caña, de los trabajadore de las zonas bananeras, las personas que laboran como operarias, las que viven del rebusque, todos conjugados en los pies de un talentoso jugador de fútbol, que con sus malabares, nacido en Barrancas Guajira, descubierto por el Pibe Valderrama en unos juegos deportivos de los pueblos indígenas, ha demostrado que se puede llegar muy lejos, sin olvidar las raíces.

Pronto estará recibiendo llamadas del Presidente de la República para felicitarlo, aunque él no va a necesitar que le regalen una casa para su Mamá como algunos campeones olímpicos, porque hace rato que superó ese sueño, posiblemente algunos candidatos presidenciales van a procurar recibir su apoyo, así sea de manera indirecta, con algún cometario o frase, como fuera interpretado un comentario de Egan Bernal. Entonces, Lucho tendrá de nuevo la oportunidad de demostrar de qué está hecho.

Pues seguro que con el tono que lo caracteriza dirá que nació para jugar futbol y que es de eso de lo que puede y quiere hablar, así tenga como la mayoría de los colombianos, el sueño de vivir en una patria distinta, donde la prosperidad sea la regla general y no la excepción. Que Dios siga vendiendo a Lucho y le permita seguirnos llenando de felicidad por muchos años más.

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