Acaba de terminar el XII Congreso Nacional de Infraestructura en la ciudad de Cartagena, con tanto ruido y tantos asistentes, más de tres mil, que muchos se quedaron por fuera. Tengo la impresión de que más que un Congreso técnico, para pensar en el futuro del país, se trató de una convención política para lanzar la candidatura presidencial del Vicepresidente de la república, Germán Vargas, que además de disfrazarse de ingeniero, ha resuelto tomar el control de las obras de infraestructura vial y las casas gratis para elaborar la cuenta de cobro que le va a pasar a los colombianos, en el año 2018, para que lo elijan como el sucesor del actual Presidente de la república.
Todo en Cartagena estuvo fríamente calculado, pese a la temperatura de la Heroica, porque hubo anuncios a granel. Lo primero que se destaca es la inversión gigantesca para la financiación del Plan Maestro de Transporte Intermodal, hoja de ruta del desarrollo vial del país que tendrá inversiones por más de doscientos billones de pesos en el período 2015-2035. Hay ahí, según el flamante Vicepresidente y la Ministra del transporte, 101 proyectos viales que suman 12.681 kilómetros de vías nuevas, 7.000 kilómetros en redes de integración, además de la recuperación de 1.600 kilómetros de vías férreas. El PMTI, también considera la intervención en arterias fluviales para recuperar ocho de nuestros ríos como medios de transporte. Y como para todos hubo, porque lo que se trataba era de que todo el mundo saliera satisfecho, se anunció la intervención de 140.000 kilómetros de la red secundaria, en los próximos veinte años, con una inversión de 48 billones de pesos.
Los ingenieros también tuvieron su parte, pues Néstor Humberto Martínez que aparece en todas las bodas, les recordó que gran parte de la corrupción del país está asociada a la contratación de las obras de infraestructura y que, según él, esta administración le había arrebatado la caja menor, a la clase política, por la transparencia en la adjudicación de los contratos de vías. Sinembargo la contraloría tiene un desalentador informe sobre corrupción y prácticas mafiosas de carteles de la contratación que terminan imponiendo, el proponente único. En el mismo sentido, en el seno del Congreso, se pronunció el Presidente de la Cámara de la Construcción.
La cereza de la copa, para que los aplausos no cesaran, la puso Vargas Lleras anunciando el esperado regreso de los anticipos que era la gran solicitud de la ingeniería grande del país. Seguramente, con este anuncio, habrá contribuciones copiosas para la financiación de la campaña del señor vicepresidente.
Hasta aquí todo es color de rosa; y según los anuncios, Colombia estará entrando en la era de las comunicaciones, base de un crecimiento económico sostenible que contrarreste los fenómenos de desaceleración económica que estamos viviendo y motor de desarrollo para integrarnos y ganar competitividad en el concierto internacional.
Personalmente tengo dudas sobre la capacidad real de nuestra economía para destinar entre 1.5 por ciento y 3 por ciento del PIB, si se incluyen las vías terciarias y urbanas, para la financiación del ambicioso proyecto, cuando las que hoy se construyen han logrado sus cierres financieros gracias a las Asociaciones Público Privadas y al compromiso de enormes recursos de vigencias futuras. Nadie ignora las afugias económicas que vamos a vivir en los próximos años por la desaceleración de nuestra economía y por los compromisos que vamos a adquirir, si se firma, como parece que se firmará, un pacto de paz con las Farc. Nada fácil, entonces, pensar que vamos a disponer de la lluvia de dinero que se anunció en Cartagena. Amanecerá y veremos.
Nuestra preocupación tiene que ver con Popayán y el Cauca. Revisando el mapa de la Vicepresidencia de la República, se observa que para el 2035, nuestro departamento seguirá contando con la vía panamericana como la única vía de importancia nacional, y eso, si para esa época, se logra la construcción de la carretera de la eternidad TIMBIO-ESATNQUILLO. Hay un trazado de una vía circunvalar de la costa pacífica, CALI-TUMACO, que si bien nos va, la pueden ver los nietos de nuestros nietos, siendo optimistas.
Esta vez no quiero, lloviendo sobre mojado, preguntarle a nuestros políticos y gobernantes, cuál es o cuál ha sido su actitud, frente al Gobierno Central, pues es fácil ver que no se ha hecho absolutamente nada, en materia de gestión. para obtener resultados diferentes a los que ya estamos acostumbrados, de marginación de las grandes decisiones nacionales; mas bien, hago un llamado para que los nuevos gobiernos, municipal y departamental, cambien de actitud y lideren una movilización general para que, algún día, el Cauca sea mirado, desde Bogotá o desde Cartagena, con otros ojos.
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