El Estado capturado

CHRISTIAN JOAQUÍ

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Vestida de negocios legítimos y de importantes contribuciones al desarrollo de lo colectivo, se esconde una práctica corrupta y quizá, por mucho, más dañina que la simple coima. Esta es la captura del Estado.

Este fenómeno describe esa práctica que ha permitido que la fuerza del Estado se utilice con el exclusivo propósito de favorecer ciertos comportamientos o actividades que estimulan la creación o la consolidación de riquezas privadas.

El lobby o cabildeo es quizá la forma primigenia de capturar al Estado. Las leyes relativas a asegurar beneficios tributarios para ciertas actividades son quizá las más abundantes.

De ese mismo corte son leyes como la de flexibilización laboral, las que conceden ciertas facultades a empresas privadas de explotación minera, las relacionadas con incentivos forestales; las que permiten las quemas a cielo abierto y muchas otras más que, bajo el prurito de incentivar la confianza de los inversionistas, lo que aseguran es la socialización de los costos de producción y la apropiación excluyente de los beneficios.

Pero esto no es propio del ámbito nacional. El Concejo Municipal de Popayán acabó de aprobar el Acuerdo 23 del 13 de agosto de 2018, mediante el cual se concede la facultad al Alcalde Municipal para entregar a un particular la administración y el aprovechamiento económico del estacionamiento sobre la vía pública.

En principio, resulta un proyecto sumamente atractivo, pues en efecto, ningún particular debería aprovechar, en beneficio propio, la vía pública y, por el otro lado, corresponde a una necesidad económica y social, ubicar sitios especiales para que las personas puedan estacionar sus vehículos y hacer coincidir, de esa forma, la oferta y la demanda por sitios de parqueo.

Lo que sí me resulta absolutamente propio del fenómeno de la captura del Estado es, que de acuerdo con el artículo tercero de dicho Acuerdo 23 de 2018, exactamente la mitad de los beneficios económicos está destinado a remunerar las manos particulares.

Yo entiendo y defiendo el sistema de concesiones y las asociaciones público privadas como un instrumento válido y eficaz para hacer coincidir los intereses privados con los públicos. Esto, cuando las inversiones que se demandan son onerosas y los recursos municipales, sobre todo, no lograrían poner en funcionamiento dichos megaproyectos.

Pero, ¿un sistema que permita el cobro de la tasa por parquear en la vía pública? ¡Hágame el favor! y menos para que la mitad de los recursos se los lleve el privado. Un sistema electrónico, incluso con aplicación móvil y recaudo por internet no requiere ni cien millones de pesos; este es un contrato de menor cuantía para el municipio de Popayán. Si se quiere, aumente tres veces este presupuesto más cincuenta millones anuales por administración y con una tasa de $2.600 por hora y con una porcentaje de ocupación del 70% de los espacios solamente en días y horas laborales. Esto implicaría un retorno a la inversión de aproximadamente 99,8% Efectivo Anual.

De acuerdo con el boletín de prensa del Concejo Municipal del 11 Julio de 2017 (ver aquí) estas mismas preocupaciones las formularon algunos concejales en ese entonces. Probablemente dichas preocupaciones ya se disiparon para ellos.