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“La Inmaculada Concepción, es la fiesta solemne que celebra el mundo católico el 8 de diciembre, promulgado por el Papa Pío IX en la bula Ineffabilis Deus, que definió el dogma de fe en 1854”.
A partir de ese momento los fieles católicos del viejo continente celebraron con alborozo encendiendo un cirio como testimonio de luz que eclipsa las tinieblas, sigue vigente la tradición, en la víspera 7 de diciembre, las familias encienden velitas como símbolo de fe, de júbilo que da inicio a la época navideña.
Un segmento iconográfico en la imaginera y pintura quiteña de inspiración religiosa que exhibe el Museo Arquidiocesano de Arte Religioso de Popayán, es dedicado a la Virgen María, obras de plena significación y de signos visuales que proporcionan diferentes interpretaciones a sus advocaciones. Por mencionar algunas, la Inmaculada Concepción del Apocalipsis, la Virgen del Rosario, muestran el culto y veneración de las que eran objeto, gracias a los procesos de evangelización que se llevaron a cabo en estas regiones durante los siglos XVI, XVII y XVIII.
El modelo de la Virgen alada del Apocalipsis tomada del capítulo 12 de San Juan, llegó al mundo americano a través de la obra pictórica que creara el maestro Rubens pintor barroco flamenco nacido en Amberes en 1577, en las magistrales obras de Rubens se destaca el brillo, colorido e imaginación, la energía y fuerza del dibujo, dentro de la selecta colección prevalece la temática religiosa, la hermosa Virgen del Apocalipsis y que se encuentra en la pinacoteca o galería de Múnich, sirvió de inspiración al hijo ilustre de Quito, maestro Bernardo de Legarda quien viviera en el sector histórico de Quito, con habilidades impresionantes como tallador, pintor, dorador, espejero y platero, reproducida muchas veces en su taller en el siglo XVIII. La Inmaculada Concepción del reconocido maestro Manuel Ramírez quiteño del siglo XVIII, le incluye ángeles y la adorna con las más finas joyas en pintura y técnicas de sobredorados, encajes con atributos colectivos denominados Letanías a la Santísima Virgen y otros atributos marianos que describen los misterios del Santo Rosario.
El sincretismo que se apropia en el barroco en América donde los escenarios del arte quiteño prevalecen las decoraciones de flora, fauna, frutos tropicales y exuberancia de ornato, los rasgos, los mantos tejidos y bordados y colores exóticos en pan de oro, son las principales manifestaciones estilísticas del siglo XVIII.
El valioso acervo cultural que guarda, exhibe e interpreta el Museo de arte religioso, recorre distintas épocas de historia y muestran al visitante diferentes manifestaciones artísticas, basadas en el culto religioso, además podrán apreciar de cerca el excelente diseño museográfico, iluminación, exposición y conservación en que se muestran las reliquias. El Museo invita hacer un recorrido por las diferentes salas de exposición dedicada a la Virgen María.
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