El deterioro del Morro del Tulcán

Infraestructura rayada, bancas sin pintar y la venta y consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, problemáticas denunciadas.

La base de la estatua del conquistador Sebastián de Belalcázar está fragmentada por los escritos que han realizado los ciudadanos. / Alexander Paloma – El Nuevo Liberal

Eliana Gómez Hurtado

El Morro de Tulcán, unos de los sitios más emblemáticos de Popayán que es visitado por centenares de extranjeros, está siendo objeto de daños físicos por parte de personas inescrupulosas que llegan hasta el lugar para rayar la estatua del conquistador Sebastián de Belalcázar, las bancas y además para abandonar la basura en este sector; denuncias que fueron dadas a conocer por los visitantes, vendedores informales y encuestador de la zona en temas de turismo.

De igual manera, las bancas son objeto de los daños físicos por parte de algunos visitantes.

De acuerdo con el encuestador, “las personas que recorren El Morro manifiestan que el sector está muy deteriorado, desde el ornato hasta la pintura y además aseguran que a esta zona le hace falta señalización”, puntualizó.

Su tarea consiste en conocer la percepción de los visitantes y turistas en el estado de los parques, carreteras y además conocer el porcentaje de los recursos que destinan en la alimentación, hospedaje y transporte durante su travesía por la capital.

El joven agregó que los encuestados se quejan de la falta de información de los horarios de los museos y las iglesias, también de su promoción.

La vía que conduce hacia el ‘Rincón payanés’ posee grandes gritas y se encuentra en un mal estado.

Por otro lado, la señora que tiene una venta de helados, coincide en que hace falta mayor sentido de pertenencia por parte de los visitantes, presencia policial y un baño “para que los menores de edad puedan hacer sus necesidades y no tengan que bajar hasta el ‘Rincón payanes’… entre otras cosas la policía hace mucha falta porque hay muchos jóvenes que ingresan al lugar para vender y consumir alcohol y sustancias psicoactivas, siendo esta una práctica prohibida, sin embargo la gente sube y hace todo eso y aquí no pasa nada”, precisó la vendedora.

En su mayoría, en las mañanas El Morro es visitado por 10 a 20 personas, mientras que en la tarde, la cifra supera los 300 ciudadanos.

Las basuras y otros objetos permean los senderos de El Morro de Tulcán.