WALTER ALDANA Q.
El artículo 37 de nuestra constitución política, consagra el derecho a la protesta y del derecho y deber de la ley de definir los casos de manera expresa en que se limite este derecho.
Y las manifestaciones son actos de expresión de personas inconformes con uno u otro asunto público, no como diría alguna vez el Mindefensa Botero, para quien “las protestas tienen validez si estamos de acuerdo todos”, caso en el que imagino hipotéticamente no se desarrollaría ninguna, entre otras razones por que somos representación de diferentes visiones política, filosóficas, religiosas, económicas, etc.
Por ejemplo para sectores de la derecha las y los manifestantes son “vagos”, o “quieren todo regalado”, para la fuerza pública cada día más privatizada, son estudiantes “enemigos” de la democracia; porque para ellos la democracia solo puede estar representada en un gobierno privatizador, amigo –sujeto al sistema financiero, anti aborto, anti lgtbi y ojala de medula católica.
Otros que portamos puntos de vista diferentes, decidimos no visibilizarnos a través de las armas, echamos mano de la constitución e incluso en las marchas se devuelven los policías infiltrados y provocadores a la misma institución.
Es por ello inentendible que los manifestantes no puedan entrar al parque caldas, cuando por demás es la sala de recibo de quienes habitamos la bella villa, no es propiedad de nadie, los gobiernos administran nuestros espacios públicos, pero disfrutarlos es un derecho de sus propietarios, que somos la comunidad.
El temor; daños a su infraestructura, claro que es legítimo y deber del gobierno protegerlo, pero las organizaciones sociales han dado muestra de acción pacifica de las marchas. Hacer un pacto gobierno convocantes, con la participación por ejemplo de las guardias cimarrona, del campesinado e indígena, se convierte en garantía de los unos poder entrar a su parque y los otros tener la seguridad del cuidado del mismo.
Volver lo público a las comunidades es hacer desde el gobierno, que los gobernados nos sintamos seguros y satisfechos del disfrute y asumamos actitudes responsables en su cuidado.