- Inicio
- Mi Ciudad
- Mi Región
- Política
- Opinión
-
Deportes
- Copa El Nuevo Liberal
- Judicial
- Clasificados
- Especiales
GISELLE DELGADO
Si buscáramos la ayuda del doctor Wikipedia, encontraremos definiciones castizas como: Culo: Parte externa del cuerpo de ciertos animales en la que se encuentra el ano. Y Ano, cual es el orificio en el que, en el hombre y muchos animales, termina la última parte del intestino, por el que se expulsan al exterior los excrementos. Siendo así este órgano, algo conflictivo, pues la verdad, muchos placeres propicia, ya que un descanso intestinal es casi como una llegada al cielo. Está rodeado de mitos, mística y protocolos, pero en la intimidad es el órgano que más se acerca a la comodidad.
Algunas tribus indígenas si saben para que sirve y sólo lucen un taparrabo, ágil rápido y de buen uso. Mientras la realeza concibe todas las prendas necesarias para hacer invisible este órgano, pues lo que expele, recuerda la naturaleza humana a estos seres, según ellos, designados por la autoridad divina. En fin el dicho popular dice que cada quien puede hacer de su culo un balero.
Pero, ¿Qué significa mostrar este estigmatizado agujero en público? y ante todo ¿Frente a los “honorables” padres de la patria? Y es aquí donde la simbología ejerce el control social y se hace llamativa cuando, se agota lo más indispensable, en un sagrado recinto como éste, cual es el respeto a la palabra. Esta irreverencia no aparece ni siquiera registrada dentro de las faltas disciplinarias del Congreso, es una irreverencia atípica, a la que va a estar expuesta el actual congreso. Y es atípica porque lo nuevos congresistas no son tan cuadriculados, exegéticos e hipócritas. Siempre digo que hay excepcione en el Senado de la república, pero hay algunos padres de la patria que les encanta la forma, más no el fondo, incurriendo en la morronguería.
Antanas Mockus, ha sido un hombre apegado a la simbología como una forma de protesta y hasta que yo sepa no hay nada que castigue a la simbología. Históricamente se han utilizado símbolos como la cruz en la frente, la esvástica, el silencio de Gandhi, el puño cerrado enaltecido por los negros norteamericanos. Más allá de lo que hizo Antanas, vale poner sobre la mesa al discusión de si el nuevo Congreso de la Republica, acudirá a la sanción para acallar cualquier manifestación de inconformidad diferente a lo que los estatutos dicen.
Pero, ¿Qué diferencia hay entre mostrar la cola, a que una bancada al unísono abandone el recinto cuando se quiere manifestar un desacuerdo? Las expresiones de inconformidad, auto-incriminación, la auto-burla y el auto-desafío, van a ser como una especie de espejo que va a cachetear a muchos de los ortodoxos padres de la patria, quienes se sientan en un trono a mirar minucias para tapar entuertos.
Comentarios recientes