Olga Portilla Dorado
En los últimos tres años, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (Iica) en Colombia, a través de su programa AEA, ha ejecutado 11 proyectos: 8 de manejo forestal sostenible y 3 en energías renovables; todos ellos financiados por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia.
Y aunque la intervención del Iica estaba prevista solo hasta febrero de 2014, el Comité Directivo de la ‘Alianza en Energía y Ambiente en la Región Andina’, basado en el impacto de las iniciativas de pequeños productores en el tema agrícola y de energía sostenible; extendieron su presencia en el país hasta diciembre de este año.
El año pasado, la finca Gualanday en Santander de Quilichao se convirtió en la ‘primera finca indígena autosostenible’ de Colombia, esto gracias a la generación de energía a través de un biodigestor instalado en la finca. Un proyecto piloto de trabajo con comunidades indígenas y de contribución al medio ambiente, para ser replicado en otras zonas del país. Aprovechando su visita a este municipio del Cauca, El Nuevo Liberal entrevistó en exclusiva a Luis Alberto Condines, representante de la oficina del Iica en Colombia.
OPD: El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (Iica) está en Colombia desde hace 53 años, ¿Cuáles de sus proyectos insignia se desarrollan en el país?
Luis Alberto Condines: Aquí en Colombia tenemos participación con cuatro proyectos insignia: el de territorios, el de agricultura familiar, otro que es el de residencia y el último: el de competitividad.
OPD: El pasado miércoles se reunió el Comité directivo de la AEA y el jueves estuvieron en Santander de Quilichao visitando la finca Gualanday ¿Se le dará prioridad o mayor énfasis a alguno de estos proyectos insignia?
LAC: Agricultura familiar es el proyecto en el que más incidencia tenemos y que durante este año vamos a trabajar activamente. Entre las actividades a realizar están: el fortalecimiento socio-organizativo y la gestión agroempresarial; diseñaremos una malla curricular para la implementación de un diplomado sobre herramientas de extensión rural para la agricultura familiar. También, se van a aplicar metodologías para sistemas de producción y estimación de pérdidas de poscosecha. En síntesis, el objetivo de este proyecto es generar un documento de caracterización de la agricultura familiar, y continuar con el observatorio regional de políticas para este tipo de agricultura.
OPD: ¿La intervención que hace el Iica es en toda Colombia o hay algunos departamentos priorizados?
LAC: Para este 2016 trabajaremos dos proyectos que venimos ejecutando con recursos de la Unión Europea, cuyo objetivo es contribuir a la construcción de la paz en los departamentos de Atlántico, Bolívar y Guaviare, a través de la promoción de medios de vida sostenibles y el fortalecimiento de las redes sociales e institucionales, de forma tal que se permita una inclusión social y productiva de esas poblaciones que están en situación de vulnerabilidad.
LAC: Hemos desarrollado durante estos últimos tres años 11 proyectos financiados por el gobierno de Finlandia, 8 han sido de manejo forestal sostenible y tres en energías renovables. Precisamente en este último tema en Santander de Quilichao, conjuntamente con la comunidad indígena Nasa llevamos a cabo un proyecto que benefició a las familias que están a los alrededores de la finca Gualanday, donde través de la construcción de un biodigestor semi-industrial de 300 m3, les llevamos energía, no solo eléctrica sino también calorífica.
OPD: ¿Cuál es la esencia y la importancia de ese proyecto en la finca Gualanday?
LAC: Este proyecto es sumamente interesante, porque además de que hay luz y gas, el otro beneficio es que se ha descontaminado totalmente el arroyo y no hay más contaminación ambiental. En la finca Gualanday, instalamos un generador que produce 10 kilovatios, pero la capacidad de consumo de la finca y los alrededores es apenas 6, por la tanto hay un excedente de 4 y esta energía convencional podrá ser vendida a la electrificadora de la zona. Además instalamos 20 biodigestores que están en casas de pequeños productores que tienen una dotación aproximada de 12 cerdos.
OPD: Con la importancia de ese proyecto ¿Para este 2016 se han presentado más propuestas como esta en el departamento?
LAC: No, no se han presentado más proyectos, pero nuestra intención es replicar este tipo de iniciativas porque sabemos el valor que ello representa y los beneficios que trae.
OPD: Y en otros temas diferentes a la energía sostenible, ¿Otros municipios del Cauca han presentado proyectos?
LAC: La experiencia de Santander de Quilichao ha sido requerida, demandada por otras zonas del país, en Antioquia tenemos demandas concretas, y también en lo que Naciones Unidas ha denominado los nuevos territorios para la paz, concretamente en Bolívar, allá tenemos un caso donde podríamos replicar la construcción de biodigestores. Pero en el Cauca, por el momento no hemos tenido ninguna demanda específica.
LAC: Claro, los gobiernos locales generalmente dentro de sus planes deberían incluir todo el desarrollo de esta tecnología. Además siendo conocedores de que nosotros hemos trabajado en el tema, el protocolo común es que existan solicitudes muy concretas por parte de los municipios, de asociaciones para trabajar y así construirlo.
OPD: Precisamente el tema de la energía sostenible fue clave en la reunión del Comité Directivo de la AEA, ¿Cuál es la importancia de este tema en Colombia?
LAC: Es importante por varias razones, primero para mantener una independencia total de lo que es el petróleo, a pesar de que Colombia es un país productor, muchas veces cuando el petróleo está con precios demasiado altos, la generación de energía eléctrica se convierte en algo muy oneroso. Pero más allá de eso, es el producir energías amigables con el ambiente como lo pueden ser estas energías renovables, y estamos hablando no solo del uso de energía del biogás sino también la energía eólica o solar.
OPD: ¿Estas energías mitigarían en algo los efectos del cambio climático y los fenómenos como el ‘niño’?
LAC: Sí por supuesto que sí, el uso de estas energías no contaminantes favorecen muchísimo la conservación del medio ambiente. Nos van a favorecer porque en cuanto más amigables con el medio ambiente sean las energías que se producen, mejores condiciones vamos a tener para la vida.
OPD: hablemos un poco del agro colombiano y su importancia para la paz, ¿En un escenario de posconflicto, usted cree que aún faltan más políticas para apoyar a los agricultores del país?
LAC: Sí. El tema del agro y la paz van de la mano, todos recuerdan que el conflicto se inició precisamente en el campo, y por allí tiene que pasar la solución, porque en la medida que no se lleven condiciones de vida aceptables a los habitantes de los territorios va a ser difícil poder asegurar una paz permanente. Tenemos que llevarle al campesino elementos que le permitan crecer no solo productivamente sino socialmente, crearle mayores beneficios económicos. Con una población con mayor acceso a condiciones de vida superiores, podemos evitar confrontaciones que en la mayoría de veces son derivadas por la propia situación extrema que viven algunos de los campesinos del país.
OPD: ¿La agricultura es un buen negocio para los productores colombianos?
LAC: Sí claro, de eso hemos vivido y seguiremos viviendo los seres humanos. Es la profesión que permite absolutamente a todos los seres humanos tener un contacto diario con ese producto de la tierra. La agricultura es la piedra fundamental para el desarrollo de la economía de los países y específicamente de América Latina.
OPD: ¿Cuál cree usted que es la mayor falencia del agro colombiano?
LAC: Como todos los países de nuestra América, se carece de políticas públicas que pongan en claro las reglas de producción, reglas de convivencia y de acceso a los mercados. Por otro lado, esos agricultores familiares producen el 70% de los alimentos que consumimos aquí en el país, pero no tienen acceso a tecnología, a herramientas adecuadas para poder ser mucho más eficientes; tienen dificultades económicas para acceder a préstamos o financiamientos. Lo que hay que hacer es fomentar condiciones de vida, condiciones económicas para que permanezcan, sobre todo las nuevas generaciones, con ellos hay que trabajar.
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