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Por: Olga Portilla Dorado
@olguitapd
Teniendo en cuenta 51 indicadores de satisfacción del usuario, agrupados en tres dimensiones: la oportunidad, la satisfacción y el acceso, el Ministerio de Salud y Protección Social presentó el ranking de las mejores Empresas Promotoras de Salud (EPS) en cuanto a la satisfacción del usuario quienes a través de una encuesta evaluaron los servicios que reciben por estas EPS.
Dicho ranking evalúa las empresas del régimen contributivo, subsidiado y también las EPS indígenas; precisamente en esta última clasificación, la Asociación Indígena del Cauca, AIC EPS-I ocupa el primer lugar con un puntaje de 85,4% (de satisfacción entre sus usuarios), el más alto entre las seis EPS indígenas que hay en el país; inclusive con un promedio del 85% en comparación con las Empresas Promotoras de Salud más grandes del país que pertenecen al régimen contributivo y subsidiado.
La noticia de que la Asociación Indígena del Cauca, AIC EPS-I sea reconocida por sus usuarios como la mejor del país, fue algo que llenó de júbilo a los dinamizadores, al personal de la AIC y a las autoridades indígenas del Cauca, quienes ven cómo sus procesos y sus luchas para lograr sus sueños van siendo reconocidos; especialmente éste que tiene que ver con su Programa de salud que surge en 1982 y que años después con una serie de decretos y convenios va siendo reconocido por el gobierno nacional.
“Hablar de la AIC es hablar de un proceso de resistencia y de propuesta de las comunidades indígenas quienes han logrado unos reconocimientos especialmente desde el surgimiento del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric, en 1971. A partir de ese momento se ha venido haciendo una reivindicación de derechos y dentro de esos la Plataforma de lucha del Cric en su punto sexto habla de recuperar la historia y la cultura de los pueblos, lo cual da origen en 1982 al programa de salud, pero una salud mirada desde el conocimiento ancestral y espiritual, desde la sabiduría propia de los pueblos”, dice Gilberto Muñoz Coronado, representante legal de la AIC EPS-I.
Según explica Muñoz Coronado y tal como se ha concebido en la Plataforma de lucha de los indígenas, el Programa de Salud nació con el objetivo de fortalecer, valorar y rescatar la sabiduría ancestral, la medicina y las prácticas curativas de sus ancestros, pero sobre todo el entender que la salud es un todo, que no solo tiene que ver con la enfermedad sino con el cómo se sienten las personas, qué pasa al interior de las familias, qué pasa con la violencia en los hogares, qué y cómo se alimentan las comunidades indígenas; todo un compendio de necesidades que involucran la salud.
“En la visión de los pueblos indígenas la salud no es enfermedad, ellos la miran como el buen vivir, porque la salud no solo es el medicamento ni el médico, es también saber cómo viven nuestras familias, qué está pasando con los niños y con los jóvenes, indagar por qué se suicidan, qué está pasando con la nutrición, con la contaminación del agua; eso es parte integral de la salud, entonces toda esa proyección la tenemos desarrollada en el Sistema Indígena de Salud Propio e Intercultural, Sispi”, añade el representante legal de la AIC EPS-I.
Y es que precisamente esa es la meta en la que están trabajando actualmente los pueblos indígenas, no solo del Cauca sino de todo el país, para poder hacer la transición de la Ley 100 del 93 (que instituye todo el Sistema de Seguridad Social Integral en Colombia) al Sispi, un Sistema que abarca –principalmente- cinco componentes: desarrollo organizativo y sociopolítico, administrativo y de gestión, formación y capacitación, sabiduría ancestral y la atención propia intercultural de la salud.
“El Sispi es un Sistema de los pueblos que fue reconocido en el Decreto Autonómico 1953 gracias a las luchas que la comunidad ha hecho por la panamericana, ahí nació y se reconoció el Sispi, esto significa que no solo es la visión de la medicina propia, sino de la occidental porque se necesitan las dos, pero lo que se quiere hacer aquí es que el Gobierno, las instituciones, las Secretarías de salud y el Ministerio validen y reconozcan esta realidad que tienen los pueblos”, señala Gilberto Muñoz Coronado.
Según las comunidades y de acuerdo al Congreso que tuvieron hace algunos días en Río Blanco, definieron que se hará la transición de la Ley 100 al Sispi con la ley 175. “Estamos en esa tarea, pero no es para preocuparnos y creer que vamos a perder la AIC, al contrario seguiremos la lucha para mantener ese derecho y ojalá mejorar esas oportunidades tanto administrativas como de servicio a las propias comunidades”, expresaron desde la Asociación Indígena del Cauca.
Las luchas para lograr la autonomía de su salud
Y es que el proceso por tener su propio sistema de salud, por administrarlo de acuerdo a los contextos de cada territorio viene desde años atrás, en la memoria de los indígenas están los constantes debates de “Gobierno a Gobierno” para lograr que el Estado reconozca sus peticiones.
El Programa de Salud de los pueblos indígenas nació en 1982 y fue reconocido en el Convenio 169 de la OIT, donde se le dio la autonomía de los países independientes a los pueblos tribales, un reconocimiento importante para la autonomía de las prácticas culturales medicinales y por supuesto la medicina ancestral.
“Con ese reconocimiento y las luchas se logró que el Gobierno Nacional reconociera a través del Decreto 1811 de 1990 la gratuidad de la salud para los pueblos indígenas, pero habla también de la importancia de formar sus propios promotores de salud, sus propios agentes, entonces desde ahí empezaron a hacer un trabajo muy bonito, el cual se reforzó más con la Constitución del 91 donde se estableció un articulado muy importante para los pueblos indígenas en varios temas, especialmente en lo que tiene que ver con la educación y la salud”, explica Muñoz.
Así empezaría el proceso de las comunidades indígenas quienes crearon el Régimen Especial Indígena en Salud (Reis) que funcionó con las Administradoras del Régimen Subsidiado (ARS) las cuales hoy se conocen como EPS, y ya para 1997 las comunidades crearían la AIC, el 15 de diciembre nació la Asociación Indígena del Cauca EPS-I, que en sus casi 20 años ha dado pasos agigantados, por ejemplo el surgimiento de las IPS que son las Instituciones Prestadoras del Servicio de Salud para los pueblos indígenas, de las cuales actualmente hay 9 en el departamento y de ellas la más importante es la IPS I Minga que está en los siete departamentos donde la AIC maneja la salud de las comunidades indígenas.
“Hoy estamos en siete departamentos: en La Guajira tenemos alrededor de 38 mil afiliados, en Antioquia unos 41 mil, estamos en el Valle con unos 8.500 y en el Huila con otros 8.500 afiliados, en el Putumayo con unos 51 mil, también en Río Sucio Caldas con los pueblos Embera Chamí son 33 mil usuarios; y por supuesto en el Cauca donde tenemos el mayor número de afiliados, estamos aproximadamente con 283 mil en 30 municipios del departamento. En total nuestra empresa tiene hoy 462.435 afiliados. El mayor porcentaje son indígenas, un 80%, y el otro son personas campesinas o mestizas”, agrega el representante legal de la AIC.
Actualmente la AIC es la EPS indígena más grande del país, sin embargo y pese al buen desempeño y a la ‘calificación’ dada por sus usuarios que la posiciona en el primer puesto del ranking, desde la administración expresan que viven dificultades, no tan notorias como las de otras EPS en el sentido de las largas filas, la tramitología y la ‘eterna’ espera por órdenes de apoyo y citas con especialistas, sino con el tema económico, ya que mensualmente, según le dijo a este medio el representante legal de la EPS-I, les está haciendo un faltante de unos 4 mil millones de pesos.
“Hoy tenemos un riesgo, porque con esa estrategia etaria de la UPC empezamos a tener dificultades, por ejemplo nuestra facturación mensual está alrededor de 30 mil millones y cuánto nos llega a nosotros cada mes: 26 o 25 mil millones, entonces tenemos un déficit mensual de 4 mil millones, aproximadamente. Nosotros no tenemos problema en el funcionamiento porque de ese 100% de la UPC el 8% es para el funcionamiento, es decir para el pago de los dinamizadores, de los servicios públicos, para los puntos de atención, para las casas de paso; pero ya en la atención en la baja, mediana y alta complejidad hemos venido con dificultades, por eso tenemos la próxima semana la subcomisión de salud con el Gobierno a ver cómo es que vamos a hacer”, puntualiza Muñoz Coronado.
Finalmente desde la dirección de la AIC se destaca los logros que han obtenido y lo que aún les queda por hacer, pues su proyección más grande es tener una clínica para que ese Sispi se desarrolle y puedan brindarle atención de mejor calidad a sus afiliados.
“A la AIC le ha servido mucho el trabajo de las IPS propias, el tema de promoción y prevención, y ese conocimiento ancestral que permite hacer una contención del costo, además la vocación del servicio que hay, porque el esquema actual ve a la salud como un negocio, lo volvieron un negocio, por eso fracasó, porque desafortunadamente si un puesto de salud no es rentable allá en la vereda no mandan la enfermera, no mandan el auxiliar, no hacen las brigadas”, dijo Muñoz Coronado.
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