QUEIPO F. TIMANÁ V.
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Cuando leí esta amenaza en el periódico El Espectador el 15 de noviembre de 2020, por parte de las disidencias de ‘Gentil Duarte’ e ‘Iván Mordisco’, dichas ante un analista e investigador de la Fundación Paz y Reconciliación, considero que esta noticia le puede interesar al presidente de la república, al gobernador del departamento y a los alcaldes de los tres municipios con las tasas más altas de homicidio en Colombia como son: Corinto, Argelia y Suárez, los tres en el departamento del Cauca.
Llama la atención que los periodistas del relato viajaron hasta Corinto, se internaron en la montaña para la entrevista con la disidencia de ‘Gentil Duarte’, en su ida y regreso desde el Valle del Cauca, no pudieron observar ningún soldado o policía, ni ninguna vigilancia en sus carreteras en una tierra tan ensangrentada; tampoco se ha conocido una respuesta de parte de la gobernación en donde manifiesten que son gobierno, que dirigen y controlan y harán respetar el territorio caucano. El comandante Duarte dio explicación del conocimiento que tiene de ambos departamentos Cauca y Nariño y del archipiélago de grupos insurgentes que se mueven y los territorios que controla cada uno, dice haberse enfrentado al grupo que dirige desde Venezuela la “segunda Marquetalia” de Iván Márquez y Santrich y afirman que el sur del Cauca está tomado por el Eln, como lo denuncié en un artículo anterior.
Recordemos que las Farc llegaron a operar en 242 municipios de Colombia, iban por la toma del poder del país, una vez firmado el acuerdo de paz se desmovilizaron más de 14.000 guerrilleros, en la actualidad estos grupos disidentes y el hampa criolla operan en 113 municipios del país.
Una forma de observar este fenómeno tomando experiencia de otros acuerdos firmados en otros países, es que siempre quedan fracciones que se resisten a los acuerdos y que es necesario neutralizar, el problema en Colombia es que el movimiento político que logró la presidencia, en su programa destacaba que haría trizas al acuerdo de paz y aun así el país le votó, tal vez ante la amenaza de Gustavo Petro con la imposición del modelo venezolano; una vez posesionado el presidente juró por la Constitución y manifestó que defendería la paz con justicia, todas sus iniciativas han fracasado sobre el control de la insurgencia y lo más grave es que no se le cree por el movimiento que lo respalda.
Lo curioso de todo esto es que los efectivos de las fuerzas armadas de la república suman más de medio millón y tienen todas las facultades posibles para controlar todo, desde interceptación de comunicaciones, cerrar vías, bombardear, lo que sea necesario para proteger un territorio, sin embargo los servicios de inteligencia no aparecen y la lista de soldados sacrificados va en aumento.
¿Qué hacen las brigadas o batallones de Cali y Popayán, para evitar estas tomas del Cauca por estas agrupaciones disidentes y el hampa criolla e internacional? ¿Hay voluntad de neutralizarlos, tienen planes concretos de vigilancia permanente y de neutralización en serio?
¿Por qué los departamentos de Cauca y Nariño son seleccionados por los insurgentes y el hampa criolla internacional? Por el abandono consuetudinario de estas regiones por parte del Estado, de preferencia sus zonas costeras, que les facilita llegar al mar para transportar la cocaína, el Cauca no tiene una sola vía carreteable o camino de herradura que lo comunique con la costa caucana, luego de 110 años de creada la república, las dos vías propuestas por el Tambo y Argelia no aparecen en los planes del gobierno nacional, otra razón es la carencia de servicios de salud y educación de calidad para estas comunidades, también por la cantidad de cultivos de coca en dichas regiones en donde no aparecen planes de sustitución de dichos cultivos o programas de emprendimiento y también por el aumento de la extracción del oro de manera ilegal.
El asunto más grave del Cauca es que sus gobernantes no son autónomos, dependen de un cacique político regional a quienes los caracteriza ser mudos en Bogotá, tampoco saben presentar proyectos de ley y hacerlos aprobar, pero llegan a Popayán y se les suelta la lengua para exigir la repartija burocrática para conservar el poder, ellos están interesados es por la rotación de cargos para enfrentar su re-elección en próximas elecciones, qué les puede interesar la vida del campesinado si solamente lo necesitan el día de elecciones. Respecto al gobierno nacional nada nuevo se puede esperar, lo único seguir escuchando que todo es culpa del gobierno anterior y ya lleva dos años en el poder, su error es que sigue utilizando los mismos esquemas tradicionales de consejos de seguridad que no sirven para nada, cuando lo correcto es que ante nuevas situaciones como el numeroso grupo de disidencias y grupos del hampa, hay que crear nuevas estrategias, si es que se quiere cumplir el juramento de la Constitución que le obliga a buscar y garantizar la paz.