Hace cien mil años que somos Homo sapiens y estamos buscando la paz. Por fortuna la historia está plagada de conflictos y nuestra naturaleza está hecha para la paz y la concordia y no para la guerra. La paz en el mundo es posible.
Mateo Malahora
La paz no es un camino, hay que fundarlo y construirlo.
Mateo Malahora
Las jirafas y las águilas, por su habilidad y disposición para ejercer la vigilancia y observación del cumplimiento de los acuerdos, fueron escogidos como garantes del ‘Encuentro para Hacer las Paces’ entre los leones y los antílopes, cuyos grupos durante varias décadas, habían sostenido una desigual disputa por el control del desfiladero de ‘Cerro Descalabrado’.
Para celebrar el acatamiento de los acuerdos, fueron invitados los animales de la región a la ‘Cena del Armisticio por la Paz’, festín estrictamente vegetariano, para que ningún animal comiera de su propia carne.
Sorpresivamente los leones, en uno de los más aterradores y premonitorios rugidos de que se tenga conocimiento en toda la geografía de “Cerro Descalabrado”, rechazaron de manera concluyente su asistencia al Banquete de la Cordialidad y el Sosiego Animal”, que por todos los medios se había publicitado como el homenaje del siglo.
Sin embargo, los organizadores: las palomas, las jirafas, las fieras y los leones, mediante un comunicado urgente, avalaron la realización del convite y despejaron cualquier duda sobre la naturaleza del pacto.
Los leones, los mamíferos carniceros y las pumas indomables, asesorados por las zorras y raposas astutas, cambiaron de estrategia y optaron por asistir vestidos con indumentarias de ovejas.
En el establecimiento ‘La Madriguera’, el mejor de la capital, engalanado con blanco esmero, para celebrar el insólito y trascendental acontecimiento, patrocinado por los emperadores, reyes, zares, faraones y príncipes de la paz, quedó un impresionante reguero de huesos.
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