ROBERTO RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
En zonas como Argelia, en Cauca, lo mismo que en otras localidades, el narcotráfico sostiene a todos, armados y no armados, la economía gira alrededor de la coca, y todo se lava en capitales como Popayán y Cali. La presencia del Estado es casi nula, o intimidante para las poblaciones civiles, y corren riesgo los ecosistemas, parques y fuentes. Pero, a pesar de las dificultades y de las desmotivaciones, de allí salen gran cantidad de alimentos.
Para no repetir o caer en lugares comunes sobre estos temas, proponemos a los amables lectores (sean muchos o pocos) un ejercicio académico y de diálogo: les propongo pensar uno de los hechos actuales en Argelia, y les planteo cinco argumentos que podrían explicar ese hecho. Sobre ello les pido que escojan uno o varios de esos argumentos, y opinen sobre su certeza en el correo de esta columna (); si hay otras explicaciones les ruego comentarme sobre ellas.
Con los resultados de este ejercicio podremos debatir sobre posibles soluciones a esta problemática.
El hecho es el siguiente: los medios masivos de comunicación nos traen las noticias de enfrentamientos entre los pobladores y los soldados, dicen que allá se está protegiendo a los bandidos o narcos o disidencias o guerrillas, cubriéndolos o facilitando sus huidas.
Los argumentos explicativos serían los siguientes: 1- Las comunidades están defendiendo su única fuente de ingresos, ilegales, pero, lo único con que pueden contar. 2- Los armados obligan a los pobladores a ponerse en el medio o a salir en su defensa, en rechazo a las Fuerzas Armadas oficiales. 3- El Estado los tiene en completo abandono, no hay apoyos, los ha engañado con la sustitución de cultivos, ya no le creen, no lo ven como “su Estado” y lo desconocen. 4- Lo que pasa es que las Fuerzas Armadas oficiales se están cubriendo o disculpando por sus derrotas ante los grupos armados, y culpan a la población civil. 5- Hay sectores de las autoridades locales y regionales comprometidos en los negocios ilegales, que mueven a sus clientelas en la defensa de esos negocios o para confundir a todos.
¿Qué piensa Usted? Seguramente hay otros argumentos, ¿podría comentarlos sin acusar a nadie en concreto para evitarse problemas? En territorios tan extensos y abandonados deben ocurrir todos estos fenómenos, o varios de ellos, con las diferencias propias de los territorios, culturas y personas que allí viven, pero seguramente podremos comentar los hechos. No queremos seguir desconociendo lo que allí ocurre.
Deben ser muchos los problemas sociales existentes en la zona, todos los cuales deben ser pensados desde las visiones estatales y desde las visiones de las comunidades, no necesariamente para enfrentarse sino para buscar caminos de beneficio común. No estamos ya en las épocas de las vías armadas hacia el poder, porque hoy quienes tienen las armas y las tecnologías son las élites y sus ejércitos, y a los sectores subalternos les quedan otros caminos más propios de una democracia real, auténtica. Pero los obstáculos son inmensos, y no siempre se acierta.
Con sus aportes a esta reflexión podremos asumir el verdadero reto: ¿Cuáles son las soluciones que proponemos? En ocho o quince días podremos profundizar los análisis. Gracias.