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Por estos días el mundillo político del país está convulsionado por cuenta de una propuesta en el Congreso de la Republica y que desde hace tiempo venía sonando en la agenda legislativa: unificar periodos de alcaldes y gobernadores con el del Presidente.
La discusión revivió hace un par de semanas en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, la cual superó el primer debate del proyecto de reforma constitucional, y se encuentra a la espera de al menos otras seis sesiones de discusión, análisis, y posiciones de carácter legislativo.
Aunque la propuesta ya había sido puesta sobre la mesa, infinidad de veces, incluso como parte de la campaña de reelección del expresidente Juan Manuel Santos, la misma ha caído muy mal en diferentes sectores, por cuenta de que los actuales alcaldes y gobernadores, irían hasta el 2022, prolongando su periodo, muchos de ellos, mal calificados, y con serios problemas de gobernabilidad.
Varios son los argumentos que tienen sectores como la Federación Nacional de Departamentos, la Federación Colombiana de Municipios y la Asociación Colombiana de Ciudades Capital, y que han insistido en alargar los mandatos de quienes desde 2015 gobiernan ciudades y departamentos. El primero de ellos, tiene que ver con el orden logístico con el fin de ahorrar dinero, unificando las elecciones el mismo día, pero otros puntos de mayor peso, hablan de la centralización de los recursos por parte del presidente de turno, y la lejanía con las regiones, cosa que se evitaría eligiéndose todos al tiempo, eliminando las restricciones de la Ley de garantías, y permitiendo una unificación o trabajo mancomunado en los diferentes planes de desarrollo. En ello tienen razón.
Aunque la propuesta, pudiera tener sentido, principalmente cuando a alcaldes y gobernadores les ha tocado maniobrar con dos Presidentes distintos, resulta inconcebible pensar en alargar los periodos de quienes actualmente están en el cargo. Los ciudadanos votaron democráticamente por proyectos de cuatro años, y cambiar las reglas del juego al final del juego, no solo es ilegal e inconstitucional, sino un adefesio político, que terminaría favoreciendo a los ‘lagartos’ de los partidos que apoyan dicho argumento.
Cambio Radical, el Centro Democrático, y el Partido Conservador, han tomado la vocería de la propuesta, y curiosamente, son quienes tienen mayor presencia en alcaldías y gobernaciones como en Barranquilla, Bogotá o Medellín.
A la propuesta le han surgido contra propuestas, como aquella que habla de que, en lugar de alargar a los actuales, se hicieran las próximas elecciones regionales por mandato de dos años, cosa que dificultaría desarrollar a cabalidad un gobierno y un plan de desarrollo en tan corto tiempo, y otra que consiste en que al presidente Iván Duque, se le alargue por año y medio su periodo, cosa que, aunque más lógica, teniendo en cuenta que se eliminó la reelección, también generaría inconformismo a sus opositores. Por ahora el debate es largo.
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