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Forensis, estudio del Instituto de Medicina Legal sobre las diversas formas de violencia en todo el país, acaba de dar a conocer en su reciente informe que abarca el año 2018, que los homicidios en el país aumentaron en 6,7% con respecto a 2017, situación que no se había presentado durante la última década. Este porcentaje significa que durante el año pasado ocurrieron en el territorio nacional 12.130 homicidios, cuando en 2017 se reportaron 11.373 casos, lo que deja la tasa de asesinatos en Colombia en 24,34 casos por cada 100.000 habitantes.
En cuanto al Cauca, Forensis reporta también un aumento en la cifra de homicidios en 2018 respecto al año inmediatamente anterior. En 2017, el reporte fue de 303 muertes respecto a 531 en el 2018.
Las cifras de Medicina Legal son contundentes en tanto responden a un detallado informe que cada año presenta la entidad y que en este caso se ve reflejado en el ánimo nacional que, sin duda, se muestra cada vez menos optimista frente a la seguridad, tal y como lo demuestran encuestas de percepción ciudadana publicadas por distintos medios de comunicación.
Y no podía ser de otra manera, pues el ambiente se ha enrarecido para el ciudadano que pudo sentir, mientras se adelantaban las negociaciones de paz con las Farc y luego con el Eln, un descenso significativo en los niveles de violencia, pero que luego, en los esfuerzos de implementación de los Acuerdos con los primeros y el rompimiento del diálogo con los segundos, se ha producido un doloroso aumento en la inseguridad en todo el país, principalmente en lo que se relaciona con homicidios.
Los departamentos con las tasas de homicidios más altas fueron Arauca con 59,10, Valle del Cauca con 47,81 y Putumayo con 46,53. En cuanto a las tasas departamentales más altas de homicidios en hombres se presentaron en Arauca con una tasa de 102,34, Valle del Cauca con 91,50 y Putumayo con 81,15. Aquellos que presentaron las tasas de homicidios en mujeres más altas fueron en primer lugar Putumayo con una tasa de 11,25, en segundo lugar Caquetá con una tasa de 10,48 y en tercer lugar Cauca con 8,01.
Los incesantes crímenes que involucran a líderes sociales, además de los que parecen tener origen en guerras intestinas de las mafias del narcotráfico y el microtráfico en las zonas urbanas, además del dominio del negocio de la minería ilegal, son otro factor preocupante y desalentador. Las recientes denuncias de la prensa internacional sobre el posible regreso a la práctica de los falsos positivos desestabilizaron la marcha del gobierno.
Por otra parte, el resurgimiento de bandas criminales e incluso grupos que se identifican como paramilitares que han amenazado a líderes de opinión, congresistas, periodistas y otros sectores, contribuyen de manera significativa a generar un ambiente de zozobra verdaderamente injustificable. Además, en algunos sectores del territorio nacional las disidencias de las Farc comienzan a reorganizarse.
Se requiere de una acción más decidida y eficaz del Gobierno hacia el control de todos estos fenómenos, pues el temor de muchos analistas, dada la simultaneidad de todos ellos, es que empiecen a darse dinámicas irreversibles, al menos en algunos de ellos, y regresemos a épocas en las que la inseguridad se justificaba a sí misma y producía insalvables círculos de violencia, que marcaron con la tragedia a generaciones enteras de colombianos durante los últimos 60 años.
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