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Los residuos tóxicos o peligrosos se definen como cualquier producto que incluye en su etiqueta palabras tales como: Inflamable, Venenoso, Precaución, Corrosivo, Explosivo, Peligro, Pesticida, Cáustico o Ácido. Las pinturas de “latex” o con base de aceite y los artículos que contienen mercurio, tales como luces fluorescentes y termostatos también son considerados residuos tóxicos.
En el año 2015 se generaron 406.078 toneladas de sustancias tóxicas en el país. Alrededor del 39% fueron gestionadas adecuadamente, el 32% aprovechadas y el 28% restante llegó a los basureros sin ningún tipo de tratamiento.
Aparte de este dato, la preocupación radica en que existe un subregistro respecto a este tema, pues la información se basa en lo que reportan las diversas empresas ante las autoridades competentes. Por eso desde el Ministerio de Ambiente se viene haciendo un llamado a empresarios, productores y gremios para que presenten el informe oportunamente ante las autoridades competentes.
Pero no solo es de la industria. Uno de los grandes yerros en que incurrimos es no tener conciencia de que muchas de las cosas que a diario usamos se convierten en residuos tóxicos. Hacemos uso mecanicista de artículos domésticos y de oficina, pero no nos percatamos a cabalidad de que ellos se convierten en residuos peligrosos pues contienen sustancias que producen inmensos daños a los seres humanos, a los animales y al medio ambiente.
Por esa falta de conciencia, terminada su vida útil, nos deshacemos de ellos al igual que hacemos con muchas cosas que a diario desechamos, con las que los mezclamos, como los desechos de papel, de alimentos, de comida, etc., cometiendo un error gigantesco.
Los residuos tóxicos al mezclarse con basuras, con aguas sucias, en humedales, ríos, quebradas, al ser afectados por el aire, la lluvia, la humedad ambiente, generan líquidos contaminantes muy dañinos, los lixiviados.
En nuestros hogares producimos residuos peligrosos de los que hacemos errónea disposición, causándonos así un gran daño pues contienen elementos peligrosos, contaminantes. Entre ellos están los detergentes, los envases de plástico, latas, pilas, bombillas, aerosoles, medicamentos vencidos, el aceite de cocina usado, los plásticos, pinturas usadas, computadores, impresoras, televisores, neveras, celulares, juegos electrónicos, celulares, reproductores de MP3, los DVD, los CDs, etc., cuya vida útil ya ha terminado.
Ellos contienen elementos peligrosos para la salud del ser humano y para el medio ambiente. Pese a ello, habitualmente los vemos arrumados en los hogares, oficinas, en basureros, en las orillas de los ríos y quebradas, en los humedales, en vertederos municipales, pese a que producen daños neurológicos, leucemia y diversos tipos de cáncer, entre otras enfermedades. Desafortunadamente la cantidad de desechos tóxicos aumentará en los próximos años y no hay datos certeros sobre cuantas toneladas de elementos tecnológicos y eléctricos inútiles hay en hogares y oficinas, cuantos van a parar a rellenos sanitarios; no se sabe el impacto que generan en los habitantes de nuestra región, pese a las campañas hechas para tomar conciencia de cómo desecharlos.
Muy pocos lugares o puntos de recolección de estos desechos hay en la ciudad y en los municipios del área metropolitana.
Es urgente tomar conciencia del daño que tales desechos causan e insistir en hacer amplias campañas educativas y cambiar la actitud colectiva frente a este problema.
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