En términos generales, se puede decir que la manifestación social de tipo nacional de este jueves fue tranquila, pese a los lamentables hechos de violencia que se filtraron en varias ciudades del país, como pasó en Cali donde el ejecutivo municipal se vio obligado a decretar el toque de queda debido a los saqueos que se presentaron en diversos puntos de esa ciudad.
En Popayán, se presentaron desmanes en horas de la tarde y la noche, después que gran parte de la muchedumbre que se concentró en calles aledañas al parque Caldas, se dispersó. Fue un final lamentable para el buen desarrollo de una marcha que transcurrió en tranquilidad desde varios sectores de la capital caucana y que alcanzó el objetivo de integrarse en el parque Caldas.
De esta forma para nuestra ciudad, concluyó esta jornada de protesta social que en términos generales, demostró que se puede ejercer el derecho a la movilización y la protesta sin recurrir a la violencia. Ese buen comportamiento ciudadano fue el principal legitimador de este ejercicio social que contrarrestó los argumentos de quienes se oponen al derecho inalienable a la protesta y a la movilización como fundamento filosófico y fáctico de la democracia.
Así las cosas, se dejó en claro que la protesta ciudadana parte del derecho a la expresión libre y plural de las necesidades y anhelos ciudadanos y con lo que pasó en la tarde, que los desmanes, el actuar de encapuchados, los actos vandálicos o la destrucción de establecimientos no son parte de estos procesos legítimos de movilización social, pues tales actos son agresiones directas a los mismos ciudadanos, que son quienes al final se ven perjudicados con estos hechos.
Se demostró igualmente que la protesta social es un ejercicio ciudadano idóneo para denunciar y pedir la resolución de problemas estructurales, y no simplemente la vía hacia la instauración de una situación de caos que profundice las diferencias y nos conduzca a condiciones de una mayor crisis nacional.
Es una lástima lo sucedido en la tarde y noche de este jueves en Popayán, cuando el centro de la ciudad se vio inmerso en fuertes choques entre manifestantes y el Escuadrón Móvil Antidisturbios – Esmad. Estos enfrentamientos dejaron más de 10 personas lesionadas y daños cuantiosos en varias edificaciones gubernamentales y del comercio. No obstante, con la tranquilidad como se marchó en la mañana, tanto en la capital caucana como en muchas otras ciudades de Colombia, quedó muy claro que el país no necesita llegar a extremos infaustos como los que hemos visto desde Venezuela hasta la Patagonia.
Se abre la posibilidad de escucharnos para construir en concordia una nación mejor, justa para todos, y pedir que las marchas como las de ayer nos acerquen más a un propósito común, en armonía y en paz.
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