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    Editorial: Periodismo, vigilante del bienestar social

    Periodismo, vigilante del bienestar social. / Foto Alexander Paloma – El Nuevo Liberal.

    Llega una celebración más en la tradicional fecha del Día del Periodista, permeada por el aumento de las agresiones en el mundo entero contra los periodistas, que van desde una ofensa, amenazas de censura en los estrados judiciales e incluso hasta el asesinato mismo como forma de callar a quien ejerce la profesión.

    Hoy conmemoramos y reflexionamos sobre una actividad trascendente en el destino de la Nación y en la libertad ciudadana. Porque hacer periodismo no es solo recoger una noticia y divulgarla, o referirse a los derechos consagrados en la Constitución. Hacer periodismo implica mucho más. Significa servir al interés común, luchar en favor de las libertades, especialmente la libertad de expresión, sin la cual la democracia no existiría y viviría secuestrada por las presiones indebidas de quienes ostentan el poder y que quieren circunscribir a nuestro oficio bajo la égida del servicio público, con lo cual se ahondaría el riesgo de imponer su única visión sobre la realidad de nuestro entorno.

    Precisamente, la tarea periodística muchas veces incomoda a quien está en las mieles del poder, pero en los países democráticos se tiene al oficio y a la profesión como un baluarte de las libertades. Los ciudadanos solo pueden estar informados si hay prensa libre, plural, independiente, donde se exprese con nitidez como una verdadera curaduría frente a los poderes públicos.

    Por ello, el periodista deber ser un ciudadano formado intelectual y moralmente, para representar con decoro a la ciudadanía y proporcionarle diariamente la información real y el pensamiento claro y libre.

    Si no se defiende los valores fundamentales y los derechos inalienables del ciudadano, la labor de informar o de exponer un pensamiento no es periodismo, sino una forma sesgada de negar derechos y garantías ciudadanas. Y es complicidad con quienes desde el poder intentan ponerle trabas a ese derecho de todos de estar bien informados.

    Todo aquel que estudia periodismo debe saber que esta profesión es diferente a las demás. Ya lo decía Gabriel García Marquez: “El periodismo es el mejor oficio del mundo”. Muchos pueden no estar de acuerdo con esta idea, pero en realidad la ocupación da más satisfacciones que cualquier otra.

    El periodismo demanda pasión, horas de trabajo, formación continua, mucho amor hacia la grabadora, el micrófono y una computadora. Cada comunicador es capaz de cambiar algo todos los días.

    El periodista profesional será el eterno enemigo de aquel político deshonesto. Este oficio habitualmente conduce hacia un enfrentamiento con ciertos poderes, a raíz de los casos de corrupción, aquellos que todos los días enfrentamos y exponemos abiertamente. Pero infortunadamente también hay algunos que ejercen y no se apegan a estos postulados en favor del bien común, por lo que terminan siendo elementos serviles de aquellos poderosos que quieren manipular a la opinión pública, usando el medio de comunicación para transmitir una sola ideología política y alejándose objetivamente de la realidad. Incluso bajo esa premisa, varios trabajadores de prensa son censurados y limitado, incluso desde su propia organización periodística.

    La tarea del periodista es apasionante, pero a la vez muy sacrificada hasta el punto de tener un horario de entrada, pero ¡ojo!, nunca de salida. Por esa gran labor: Feliz día a todos los periodistas que luchan por la verdad, que no tienen miedo, que se esfuerzan y, por sobre todo, que arriesgan sus vidas para cumplir con ese postulado sagrado de mantenerse siempre en favor del bienestar de toda una sociedad.