Editorial No más secuestros en el Cauca

Los recientes secuestros se han convertido en una preocupación más que se le suma a la constante perturbación del orden público en el Cauca. Y es que esa aparente tranquilidad que muchos esperaban en nuestra comarca en materia de secuestros en el marco del posconflicto, simplemente parece nunca haberse consumado, a pesar de que este delito se creía que estaba controlado por completo.

Cifras recientes señalan que en lo corrido del 2018 ya son seis casos los reportados, muchos de ellos que concluyeron semanas después cuando los delincuentes se vieron obligados dejar en libertad a sus víctimas debido a la presión de la fuerza pública. Incluso se presentó uno bien sui generis en el que un veterano agricultor fue secuestrado dos veces en menos de mes.

La reaparición de un delito de las devastadoras consecuencias que trae éste del secuestro es una de las peores noticias que se le pueden dar al país y, particularmente a una región como el Cauca. Ya en Colombia vivimos una época en extremo dolorosa, cuando una guerrilla enceguecida y degradada acudió al secuestro como arma de guerra, y convirtió su enfrentamiento con el Estado en un martirio para la sociedad civil que sufrió lo indecible con este despiadado delito, que solo dejó tras de sí un rastro de miseria, dolor y muerte.

Está de más, entonces, reclamar con vehemencia a las autoridades civiles y militares que, de una vez por todas, con la contundencia que es necesaria en estos casos y, sobre todo, con la urgencia que la situación lo requiere, se contenga a quienes han considerado que los controles se han relajado al punto de que el secuestro es nuevamente una alternativa, o bien de injustificable acción de parte de grupos guerrilleros, o bien de bandas de delincuentes.

No puede haber dilación en la acción de los cuerpos de seguridad del Estado frente a delitos de esta magnitud. No terminamos aún de reponernos de las secuelas que dejó el secuestro en la sociedad, como para que tengamos nuevamente que vivir bajo el terror que este produce en las personas.

Queda confiar en que la experiencia y solvencia con que cuentan el Ejército y la Policía Nacional en el combate a estas formas de delincuencia, nos permitirán conocer en el corto plazo resultados positivos y que la noticia para los santandereanos sea que el secuestro nuevamente ha sido erradicado de nuestra región.