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    Editorial: Incendios forestales, el desafío de prevenirlos

    Como ya lo estamos palpando en el suroccidente del país, las lluvias comenzaron a moldear el clima, cerrando así la temporada seca y abriendo la puerta a un período de transición, camino de una intensa temporada de lluvias que comenzará debidamente en pocos días.

    Este cambio como también ya lo estamos viviendo, está comenzando a generar fenómenos de la naturaleza tales como inestabilidad de las laderas, crecientes súbitas de ríos y quebradas, inundaciones, tormentas eléctricas, vendavales, deslizamientos, granizadas. ¿Estarán las entidades estatales de control de riesgos y los organismos encargados de enfrentar emergencias debidamente preparados para ello? Ese sería sin duda un tema a analizar en un futuro documento de opinión.

    Por ahora nos centramos en el aterrador balance que dejó esta temporada para nuestro municipio, en el que, entre julio y septiembre, se presentaron más de 600 incidentes que los bomberos de la capital caucana llaman como incendios de cobertura vegetal en el que se vieron comprometidos un número indeterminado de hectáreas.




    ¿Cuáles son las causas de hechos tan nefastos para nuestra comarca? En principio, como ya lo habíamos denunciado a nivel periodístico y a través de esta ventana de opinión, se tendría que nombrar a las ansias de ciertos individuos que buscan expandir la frontera urbanística, en especial en los cerros tutelares de nuestra capital; además, en algunas zonas rurales, la preparación de terrenos agrícolas donde las famosas quemas que se sumaron a los descuidos humanos, terminaron desbordando en gigantescos incendios. Ahora, ampliando un poco más la geografía de nuestro Cauca, habría que decir que con el fuego buscaron la deforestación para cultivos y también para apropiarse ilícitamente de tierras, entre otras razones de las que se valen ciertos individuos en pro de su beneficio.

    A nivel nacional en tanto, la otra cara de la moneda es que las entidades estatales encargadas de vigilar y controlar que tales procederes no ocurran, como la dependencia Parques Nacionales Naturales, tienen poco presupuesto, poco personal, deficiencias tecnológicas y los Cuerpos de Bomberos de los municipios sufren de problemas similares.

    ¿Resultado de ello? La impunidad que hay en la represión del delito de daño en los recursos naturales e ilícito aprovechamiento de los recursos naturales renovables. En muy pocos casos se ha judicializado a los culpables de tales reatos, se les ha sometido a la Justicia y se les ha sentenciado a penas privativas de la libertad.




    Si las estadísticas las ampliamos a lo que va corrido del año 2019 a nivel de toda la Nación, nos hallamos ante la aterradora cifra de 2.217 incendios forestales, casi todos provocados por la mano del hombre.

    ¿Qué muestra tan desastroso cuadro en un país que argumenta estar actuando enérgicamente para la defensa del medio ambiente? Que la lucha del Estado y de la comunidad en uno de los frentes que más compromiso exige a nivel mundial es mucho menos sólida y enérgica de lo que pregonamos y que si no mejoramos sustancialmente en la defensa de nuestro territorio de acciones vandálicas como las comentadas, estamos incumpliendo con los compromisos contraídos a nivel internacional en defensa del medio ambiente.