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El sueño de todo un país de ver a Nairo Quintana vestido de amarillo como campeón del Tour de Francia 2018 no se pudo cristalizar. Y fue solo eso, un sueño, que ya se ha repetido muchas veces.
El hijo de Cómbita esta vez sí que se preparó para la ronda gala. Movistar armó una gran escuadra, se trajo al español Mikel Landa, quien fue dos años consecutivos gregario de lujo del británico Chris Froome.
Todo jugaba a favor de Quintana, ya que Froome, gran favorito para ganar su quinto título, y el holandés Tom Dumoulin, corrieron el Giro de Italia y eso les podría pasar factura, como se la pasó al colombiano en el 2017.
Al final todo se esfumó. No fue Nairo, ni Froome, ni Dumoulin el ganador este año. Fue, podríamos decir, el llamado plan B del Sky -luego de la tormenta suscitada por el posible veto de Froome-, el británico Geraint Thomas, quien hizo una verdadera demostración de poderío en todos los terrenos. Y a sus 32 años, sin estar en la baraja de favoritos, se vistió de amarillo para relegar al segundo cajón del podio a Dumoulin y en el tercero al hasta entonces “capo” Froome.
Y es que Sky fue un equipazo, le apostó a Froome, pero tenía ese as bajo la manga. Un líder que no había tenido ese chance para mostrarse. Y cuando emergió, todo el equipo lo rodeó, entre esos un colombiano, el joven de 21 años, Egan Bernal, quien fue el escudero determinante en la alta montaña para el título de Thomas.
Hoy todos los elogios son para Bernal. “Muchas gracias Egan Bernal, tiene un futuro increíble”, escribió Chris Froome en Twitter tras la etapa 19, en la que el colombiano fue el ángel guardián para conservar ese “maillot”, que hoy exhibe con orgullo Thomas.
Nairo quedó relegado al décimo lugar. Las caídas, los pinchazos y el poco apoyo del equipo en la adversidad -por esa apuesta fallida de tres líderes- dieron al traste con el sueño amarillo. Pero ganó en su ley, la escalada, en solitario, la etapa “reina”, la 17, única que pudo conquistar Movistar. Queda claro que para que Nairo gane el Tour, deberá mejorar muchísimo en la crono.
En los últimos años, las críticas a nuestros ciclistas cuando no alcanzan el objetivo se viralizan porque nos han enseñado a ganar, entre ellos Nairo, sin embargo debemos decir que para Colombia, este no fue un mal Tour. Se ganaron tres etapas, emulando lo acontecido en 1985 cuando Lucho Herrera ganó dos y Fabio Parra una. Por ello, no cayó bien un titular de un medio escrito, que en sus ediciones para todo el país insinuó en forma desobligante, que Nairo Quintana había ido de paseo a máxima la competición mundial del ciclismo por etapas. Que salida en falso la del periodista que puso ese titular, quien al parecer no sabe lo que es un Tour de Francia, un evento al que solo llegan los 180 mejores corredores del mundo.
Pero para acallar todas esas críticas injustas, hay que decir que Fernando Gaviria ganó dos etapas y se enfundó la camiseta amarilla por segunda vez en la historia (el primero fue el bumangués Víctor Hugo Peña en el 2003) y ‘apareció’ Egan Bernal, considerado la joya del ciclismo colombiano. Es más escalador que Nairo, baja bien, contrarrelojea a la perfección y tiene don de líder. Los especialistas lo incluyen ya como posible ganador de la ronda gala dentro de dos años. Y no podíamos olvidarnos de Rigoberto Urán, subcampeón en el 2017, a quien lastimosamente una caída dejó por fuera.
Colombia debe estar orgullosa de esta nueva camada de pedalistas, todos menores de 29 años. Y ellos con sus triunfos han despertado la pasión por un deporte ganador.
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