Editorial: El desempleo vuelve al acecho

Tras el anuncio del Dane sobre el desempleo en Popayán, se respira algo de tranquilidad ya que la cifra que venía de subida desde los últimos meses del año anterior, cayó algunos dígitos: pasamos de 13.7% a 13.1%.

Sin embargo, las campanadas de alerta deben mantenerse ya que la ciudad está inmersa en esos 13 puntos que la ponen en los primeros lugares en desempleo a nivel de todo el país.

Estas cifras ponen de manifiesto la urgencia de crear condiciones para que fortalecer la empresa privada, así sea desde la microempresa. También se vuelve necesaria mayor inversión nacional o extranjera, lo que solo se logrará creando un ambiente de confianza y seguridad para la comarca, incluyendo una estabilidad política libre de problemas jurídicos y políticos que solo acentúan la división de la sociedad.

Atacar el creciente flagelo del desempleo en Popayán significa la implementación de varias estrategias: política clara de impuestos y exenciones, agencia de negocios en Bogotá y otras capitales a la caza de inversionistas, responsabilidad social de las empresas establecidas, créditos al emprendimiento a bajos intereses, ejecución transparente de los recursos públicos y reorientación estratégica hacia las nuevas vocaciones. Prácticamente todo está inventado, sólo falta la voluntad política y gremial para ejecutarlas.

Con la proximidad de las elecciones, no queda otra que decirles a quienes aspiren a gobernar a la capital caucana en los próximos cuatro años, que deben incluir en sus planes de gobierno estrategias realizables, lejos del populismo y las promesas electoreras que solo buscan los votos de incautos ciudadanos.

Primero, deben entender que es imperativo asumir el liderazgo, sin exclusiones, de articular políticas incluyentes, concertadas con todos los gremios y sectores generadores de puestos de trabajo. De lo contrario, en poco volveremos a recuperar el deshonroso primer lugar como la capital de los desocupados.

Crear fuentes de trabajo no solo es necesario por razones económicas, sino que, además, es lo que le da al ser humano la certeza de ser útil y productivo y de que participa en la construcción del mundo en el que vive.