- Inicio
- Mi Ciudad
- Mi Región
- Política
- Opinión
-
Deportes
- Copa El Nuevo Liberal
- Judicial
- Clasificados
- Especiales
Cuando el ser o naturaleza de un objeto, de una persona, de una organización o de una entidad territorial, no alcanza a suplir las expectativas que se tenga sobre ellas, el ser humano se deja seducir por construir un deber ser de las mismas, es una cualidad del espíritu crítico y creador, el cual está asociado a un sueño o una utopía. Con motivo de los 482 años de nuestra amada ciudad queremos compartir un listado de características y bondades que los payaneses deberían ser y/o tener, a fin de concitar una acción individual y colectiva para su transformación y materialización.
Muchas veces se afirma que los payaneses son ‘mojigatos’, es decir que a como dé lugar demuestran exagerados escrúpulos morales o religiosos, cuando en realidad no lo son, en pocas ocasiones hablan más sus malas actuaciones que su respeto en las eucaristías o en otros actos religiosas.
A lo anterior, se suma lo que conocemos con el nombre de morronguería, pues muchos payaneses asumen actitudes de profunda sobriedad, seriedad y responsabilidad ante sus conciudadanos, como si no ‘mataran una mosca’, pero en realidad son capaces de muchas cosas, sin importar el daño que puedan causar con sus ocultas intenciones y acciones. Por lo que se hace necesario estimular y promover una formación centrada en valores y principios éticos y ciudadanos, desde la familia, la escuela, los gobernantes y la sociedad como un todo.
Otro de los puntos que no favorecen a los payaneses, es el señalamiento como personas negligentes, ineficientes y poco productivas, comparativamente con otras regiones del país, pues no se inmutan con nada, siempre están a la espera de que otra persona o el gobierno tome la vocería por ellos o le solucione sus problemas. Un defecto que no coadyuva al crecimiento personal y profesional y que no permite desarrollarse como persona y ciudadano; característica que estanca, de igual manera, el progreso de la ciudad. En consecuencia, se hace necesario propender por la generación de un pensamiento propositivo, así como desarrollar una actitud productiva y competitiva, desde temprana edad, en todas las actividades del quehacer diario de los payaneses raizales y adoptivos.
En este orden de ideas, las presentes y futuras generaciones deben transitar por el camino del deber ser más que en el actual ser, que les viene afectando profundamente en su devenir social, cultural, político y económico, debe trabajarse duro y mancomunadamente para mantener un pensamiento prospectivo, un actuar propositivo, para erradicar la actitud quejumbrosa y mendicante que muchas veces parece generalizada, la cual nos mete en un círculo vicioso, como corcho en remolino y que no nos deja crecer.
Los payaneses deben ser más soñadores, menos románticos, imaginarse cosas y hacerlas realidad, ser innovadores, volar y verse muy altos, arriesgarse, darlo todo y cumplir sus metas, materializar todo aquello que alguna vez como niños soñaron.
Finalmente, ser ejemplo de humildad, respecto, tolerancia, equidad, honestidad, responsabilidad, lealtad, justicia y brindar gestos de amor y paz, eso es lo que deberían ser los payaneses hoy, con proyección a futuro, valores que se podrían potencializar en cada persona y que llevarían a que Popayán sea ejemplo de cultura ciudadana, que otrora tuvimos y de progreso, el cual ha sido esquivo por culpa propia.
Comentarios recientes