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Los bolardos y los tacles de plástico destinados a la canalización del tráfico automotor se pusieron de moda en Popayán. Y no solo porque la Secretaría de Tránsito los está instalando ‘al detal’ en diversos puntos viales a lo largo y ancho de nuestra capital, sino porque han despertado toda clase de comentarios, vía redes sociales, muchos descalificándolos al considerarlos estorbos en el normal tráfico vial y otros defendiendo lo que la administración municipal llama orgullosa como ‘Pequeñas Grandes Obras’.
Infortunadamente, las quejas ciudadanas generadas desde dispositivos móviles sobrepasan el real valor de las acciones, en este caso, destinadas, en principio, a mejorar la seguridad vial de la hoy, lenta y muchas veces caótica movilidad por las principales calles de Popayán.
En tal sentido, tenemos que decir que somos conscientes de los ya eternos trancones de la Autopista Panamericana en cruces como el de Campanario, el de Bellavista o el del Alto Cauca y de la dificultad de moverse por las calles del centro de Popayán, incluyendo el acceso hacia el occidente. Pero debemos recular señalando que precisamente muchas de esas intervenciones intentan mejorar, en forma de señalización y canalización, todo lo que se critica hasta el cansancio.
Sería apropiado entonces, desde los ciudadanos quejosos, en principio, brindarle algo de tiempo a las intervenciones de tránsito, eso sí, respetando y usando adecuadamente los elementos de plástico, o sea, sin intentar superarlos cuando se conduce, ya sea un automotor de cuatro o dos ruedas o una bicicleta. Es menester recordar que si usted no se apropia de las soluciones en materia de movilidad, el caos que vivimos puede convertirse en un estado permanente de anarquía, porque tenemos que decirlo, en Popayán, gran parte de los accidentes se deben a múltiples imprudencias sumadas al riesgo de la velocidad con la que muchos circulan por las vías más transitadas.
Es evidente que los conductores prudentes en Popayán (de carros y motos) deben manejar a la defensiva si no quieren sufrir un percance de tránsito que incluso podría causar lesiones físicas. Ese sería un ejemplo a seguir para todos, incluyendo el respeto de las nuevas canalizaciones, en donde regularmente solo cabe un vehículo y no dos, o donde las motocicletas no pueden adelantar ya que el contacto con un tope les podría ocasionar la pérdida de control del vehículo con una eventual caída. A lo anterior, esperamos que las intervenciones viales vengan acompañadas de campañas educativas y ciudadanas que perduren por varios meses y por su puesto con mayor autoridad para sancionar ejemplarmente a quienes no se acogen a las normas.
Así las cosas, desde esta tribuna insistiremos siempre en la cordialidad y paciencia al conducir, ya que de los afanes pueden surgir abruptas maniobras que regularmente son difíciles de resarcir.
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