Editorial: A cuidar y a sembrar más árboles

Los árboles, dicen los expertos, son una barrera natural contra la contaminación, además de refrescar las calles y procurar un aire mucho más saludable.

Se parecen mucho a las personas porque, una vez que nacen, necesitan de cuidados, por lo menos en los primeros años, para poder sobrevivir y defenderse solos de los embates de la naturaleza; pero poco pueden hacer para protegerse de la agresividad urbana.

A diferencia de los seres humanos, los árboles no se pelean ni se perjudican entre ellos. Sus frutos suelen ser siempre benignos. Dan asilo a los pájaros y, los más coposos, a los desamparados. Dan sombra y purifican el aire.




En ediciones anteriores, este medio publicó noticias relacionadas con el mal estado de muchas especies, haciendo énfasis en la zona del parque Caldas, el corazón del Centro Histórico de la capital caucana. Recordamos por ejemplo, un episodio de julio de 2017, cuando una frondosa rama se desprendió de uno de los árboles de esta área común, provocando un gran susto a los transeúntes. Milagrosamente ninguna persona resultó lesionada, a diferencia de otros hechos similares ocurridos en diversas ciudades, donde la caída de gigantescas plantas han causado tragedias humanas.

Por lo anterior, ponderamos el trabajo que se viene adelantando en el Parque Caldas por las entidades gubernamentales respectivas, en el que se están valorando los árboles allí sembrados, podando y talando los que ya no tienen salvación y que ofrecían riesgo a los transeúntes. Con acciones de tipo preventivo como esta, el ciudadano, tanto propio como visitante, puede hacer uso con mucha confianza de este espacio considerado la sala de recibo de la capital caucana.

Esperamos que las autoridades ambientales extiendan este tipo de iniciativas hacia toda la ciudad, a fin que las especies arbóreas no se conviertan en peligros potenciales para conductores de automóviles y motocicletas en los separadores viales;  o transeúntes que disfrutan de parques y zonas verdes arborizadas.

Es clave entonces avanzar con los proyectos de censo arbóreo que regularmente, por diversas razones, se comienzan pero quedan inconclusos, dejando parcialmente cifras de especies y la condición en la que se encuentran. Debemos tener en claro que el conteo del arbolado urbano del municipio de Popayán, es una respuesta a la necesidad de contar con un registro que permita desarrollar estrategias de manejo para la gestión integral de los árboles localizados en los espacios urbanos públicos de esta capital. Esta sistematización constituye una actividad estadística que tiene por objeto el acopio de datos básicos asociados a las características morfológicas, silviculturales, fitosanitarias, de ubicación georreferenciada y entorno de la población de árboles, arbustos y palmas.

Igualmente, es menester que todas las entidades que salvaguardan el medio ambiente propendan, no solo por el cuidado de los árboles, sino también por fomentar la siembra de especies nativas y beneficiosas para el entorno, buscando así elevar el número de árboles por persona, que al parecer, en la capital caucana es una cifra estadista que está en déficit.