Santander de Quilichao es buen vividero. La vida es barata, y no hay problemas ni de seguridad, ni de embotellamiento. Eso era lo que, según residentes de antaño de esa hermosa localidad nortecaucana pensaban hace unas dos décadas, cuando las calles no estaban saturadas de motos y carros, y cuando los atracos, las balaceras y acciones por sicariato solo se producían esporádicamente. Años atrás los casos de homicidios eran mínimos, tanto que, para los medios de comunicación, un asesinato en Quilichao era noticia de gran trascendencia.
Hoy las cosas son diferentes: en el tema de seguridad cada día que pasa aumenta la delincuencia y se hacen acciones violentas donde las armas de fuego son protagonista, incluso a plena luz del día, como el pasado martes cuando se presentó un ataque a bala contra un hombre en una céntrica calle de la municipalidad, dejando dos personas muertas y una más herida.
En estos días en que las noticias sobre desarme y posconflicto, no son muy alentadoras las cifras sobre el índice de criminalidad en lo corrido del año. Aunque las estadísticas oficiales no se conocen en detalle, en lo corrido del año se han conocido más de 10 casos en los que las balas han acabado la vida de personas en jurisdicción de la población nortecaucana.
Actualmente en Quilichao, según reporte de las autoridades, no existen estructuras criminales organizadas, a diferencia de ciudades como Cali o Medellín. Sin embargo, es bien sabido que esta municipalidad cuenta con una población ‘flotante’ debido a que ella es una ciudad de paso, donde confluyen muchas personas provenientes de localidades vecinas. Es además el centro de una economía ‘subterránea’ que mueve una inusitada cantidad de dinero, del que no podemos desconocer, algún porcentaje es ‘non santo’.
Son varios los factores que inciden en la inseguridad latente que presenta en Santander de Quilichao. El primero de ellos es el pandillismo y la delincuencia común. Además, el tema de la convivencia ciudadana cumple un papel importante, pues en Quilichao está haciendo carrera la intolerancia y la falta de civismo, y eso hace que generalmente una discusión acalorada termine en el peor de los casos con un muerto. Es decir que además de hacerles frente a los delincuentes, es necesario construir políticas integrales de cultura y convivencia ciudadana.
La ingesta desmesurada de licor y el consumo y expendio de sustancias psicoactivas también hacen parte de las causas. Para ello, es necesario la creación de políticas integrales que permitan la disminución del consumo, y el ataque frontal contra el expendedor. Los niveles de pobreza y marginalidad de algunas zonas inciden en la proliferación de conductas delictivas, y aunque resulte complejo decirlo, como sociedad estamos llamados a trabajar por los menos afortunados, a fin de que en lugar de buscar recursos cometiendo delitos, puedan tener oportunidades.
No se pueden desconocer los esfuerzos que se vienen haciendo frente a lo aquí expuesto, tanto a nivel municipal como desde la gobernación y el mismo gobierno nacional. Sin embargo, creemos que ha faltado contundencia para combatir con mayor firmeza cualquier foto de delincuencia. Lo cierto, es que es claro que el tema de la inseguridad en Santander de Quilichao no es de percepción, sino algo que en este año de posconflicto se presencia y se registra casi a diario en nuestras páginas judiciales.
Comentarios recientes