Editorial: Que la ilegalidad ‘no derrumbe sueños’

En esta casa ubicada en la vereda El Túnel Bajo, que según Planeación municipal no tenía los permisos de construcción falleció una mujer al venirse a pique parte del terreno intervenido. / Suministrada – El Nuevo Liberal.

La historia es cíclica, aseguran varios pensadores y filosóficos, quienes recalcan “que ella es un continuum cíclico, un mantra que se repite de forma habitual”. Podríamos decir que para nuestro país, esta forma de pensar cae como ‘anillo al dedo’, toda vez que de tanto en tanto se repiten tragedias que cuando ocurren, reciben toda la atención mediática, de control gubernamental y de accionar de la justicia, supuestamente para que no vuelvan a suceder.

El problema para la aplicación de esta teoría filosófica para nuestro entorno, es que los ciclos en que ocurren los hechos históricos no completan un periodo de tiempo determinado, sino que cada vez ocurren con menos separación de tiempo. Un ejemplo claro para este enunciado es la caída del edificio Portales de Blas de Lezo II, en Cartagena la semana anterior, que cobró 21 muertos, situación bastante parecida a la que se vivió en octubre de 2013 en Medellín con el desplome de una torre de la famosa edificación conocida como Space.

Para esta oportunidad, y como sucedió en Medellín, las autoridades de la capital de Bolívar anunciaron una investigación contra varios funcionarios por parte de la Oficina de Control Disciplinario de la Alcaldía. Nuevamente, el recorrer investigativo será largo y terminará en las gavetas del olvido para una opinión pública de mala memoria.

Aterrizando toda esta problemática a nuestra ciudad, pues simplemente tenemos que decir que aquí pareciera que toda esa oleada de noticias trágicas apenas si causa algún efecto entre autoridades municipales y lo peor, entre una ciudadanía que en el fondo podría terminar siendo afectada directamente. Y para ejemplo, lo vivido el pasado fin de semana en un sector de Túnel Bajo, donde la construcción de un muro de contención colapsó, matando a una humilde mujer. Para este caso, la Oficina Asesora de Planeación Municipal confirmó a El Nuevo Liberal, que esa construcción no poseía licencia de construcción, situación que ocurren en otras zonas de la ciudad, donde propietarios irresponsables asumen remodelaciones en sus predios sin contar con los permisos de ley.

Así pues que mientras las dependencias municipales comienzan a ejercer su trabajo, tal como debe ser, se requiere un inventario detallado de todas las obras en curso en la ciudad para revisarlas una a una, tanto en sus trámites como en su ingeniería y construcción. Esta sería una evaluación urgente ya que desde hace unos años, existe un inusitado auge de la construcción en nuestra capital.

Una tarea de esta magnitud y exigencia de detalles requiere de mucha organización y la debería realizar un grupo interdisciplinario independiente, que no tenga nexos de subordinación con la alcaldía para que la transparencia resultante le dé tranquilidad a toda la ciudadanía y al propio alcalde.

La primera tarea de la alcaldía debería ser reforzar este equipo para que no haya quejas sobre carencia de herramientas indispensables para hacer su trabajo. Empezando eso sí, con la posibilidad de contar con un inspector de Policía, para que así, apegados al nuevo Código de Policía, haya dientes para sancionar cualquier infracción.

Aunque sucesos como el de Túnel Bajo con una víctima mortal a bordo tienen que ser esclarecidos hasta el detalle más pequeño, es igualmente importante asegurarse de que no puedan repetirse jamás, lo cual exige un procedimiento transparente y por lo mismo, visible y comprobable.

Ojalá que se tomen medidas prontas, eficaces y creíbles para que la construcción en nuestra capital tenga plenas garantías, tanto para los obreros que participan de los procesos de edificación, como para los ciudadanos que supuestamente buscan mejores y seguras condiciones para vivir.