El día miércoles de esta semana, el gerente de esta casa periodística, recibió la confirmación, por parte del Dr. Luis Fernando Andrade, director de la Agencia Nacional de Infraestructura, que el proyecto de vía de cuarta generación desde Popayán hasta Chachagüí, ha quedado aplazado de forma indefinida, hasta que se supere la estrechez fiscal por la que pasa el gobierno nacional.
Este proyecto hacía parte de las promesas de campaña del presidente Juan Manuel Santos, quien se comprometió, tanto en 2010 como en 2014, a invertir para nuestro departamento en esta carretera, en la ya contratada doble calzada Popayán Santander de Quilichao y en la ampliación del aeropuerto Guillermo León Valencia de la capital del departamento.
Como ya dijimos, el proyecto de doble calzada que nos conectará con el norte del departamento y el resto de Colombia, finalmente fue contratado en el mes de agosto pasado, pero el del aeropuerto fracasó, por falta de proponentes en dos oportunidades y por ahora está aplazado hasta que la Aeronáutica Civil saque a licitación este desarrollo, por un contrato de obra pública, aunque mucho nos tememos que el alcance será menor al proyectado inicialmente.
El proyecto Popayán Chachagüí, incluye la construcción de la variante Timbío – El Estanquillo, que abrirá posibilidades de desarrollo en el occidente de los municipios de Timbío, Rosas, La Sierra; el sur de El Tambo y la parte plana del municipio de El Patía.
Incluye también la ampliación a doble calzada de la variante Panamericana de paso por el municipio de Popayán y la construcción de la variante oriental de esta ciudad.
Adicionalmente tendrá un ramal que asciende hacia la localidad de Piedra Asentada y la rehabilitación del tramo entre El Estanquillo y Chachagüí en el hermano departamento de Nariño.
Finalmente se incluía el mantenimiento durante la duración de la concesión del tramo actual entre las localidades de Timbío y El Bordo pasando por Rosas y conectándose con el anillo del Macizo Colombiano.
Todas las anteriores obras, hacían pensar, especialmente para los habitantes del sur del departamento, que la modernidad y el desarrollo se les acercaría de forma más rápida de lo que ha sido el lento trasegar hacia prosperidad.
No logramos entender como caucanos, quienes vivimos con la esperanza del fin del conflicto armado, que la cuota inicial del nombradísimo posconflicto, sea la suspensión de estas obras que prometían ser la redención para las comunidades campesinas que se encuentran en la zona de influencia del proyecto.
No es fácil entender que hace solo dos meses, en las instalaciones de EL NUEVO LIBERAL, el Vicepresidente de la Republica, German Vargas Lleras, dijera que no sería comprensible que construida la doble calzada del norte y la vía que va desde Chachagüí hasta Rumichaca, la conexión entre estas vías sea una trocha que hoy toma más de dos horas para ser recorrida y mide escasos 70 kilómetros.
No entendemos tampoco por qué los recortes se producen en el departamento de menor desarrollo relativo de la región andina de Colombia y donde los índices de miseria son peores que los del abandonado departamento del Chocó.
Tampoco entiende esta casa editorial por qué nuestros líderes políticos y empresariales no han salido a promover una protesta exigiendo que el Cauca no esté en el último lugar de las prioridades de un siempre centralista gobierno nacional.
Por todo lo anterior, este medio hace un llamado a los gobernadores electo y en funciones, a los alcaldes de los municipios afectados electos y en funciones, a los 7 congresistas caucanos, a los líderes gremiales y empresariales y a todos los caucanos que queremos el renacer de nuestra tierra, a que exijamos del gobierno del presidente Santos, el cumplimiento de esta promesa de inversión, como una muestra de la verdadera voluntad del gobierno nacional de superar las inequidades que ha afectado a nuestro departamento y que lo tienen sumido en un largo conflicto y en la miseria.
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