En pocos días la Corte Suprema de Justicia debe elegir entre tres candidatos de diverso perfil, cuál será el próximo Fiscal General de la Nación. Más allá del que cada uno de ellos tenga diversa naturaleza humana y concepción del Derecho, hay algo cierto: la tarea que debe llevar a cabo en tan importante cargo. La Fiscalía, desde su creación en la vida institucional colombiana con las funciones que actualmente tiene, ha vivido más de un sobresalto, algunos derivados de la labor que cumple y muchos, consecuencia de la apetencia de quienes lo han desempeñado.
Se sabe que cualquiera que sea el elegido tiene suficiente capacidad jurídica, conocimiento y experiencia. Pero el nuevo Fiscal no puede sucumbir ante el embrujo del protagonismo, la vanidad y los micrófonos.
Inquietan las experiencias vividas con el ex Fiscal Montealegre en relación con los casos que había atendido como litigante pues había sido apoderado judicial de Saludcoop y durante su paso por la Fiscalía las investigaciones en tal entidad poco avanzaron, pese a que oportunamente se declaró impedido.
A lo largo del tiempo los resultados de la labor de la Fiscalía no han sido los mejores, no ha podido demostrar ser eficaz, por lo que es necesario que el nuevo Fiscal no lleve a cabo activismo institucional ajeno al ejercicio de sus funciones, debe ser más visible la Fiscalía que el Fiscal, haber más rigor en las tareas adelantadas pues sus funciones son legales y constitucionales y no políticas.
El nuevo Fiscal debe superar las limitaciones con que se hace la investigación judicial y los resultados opacos hasta ahora logrados. Debe fortalecer las direcciones regionales, consolidar la carrera administrativa de sus funcionarios, arrojar resultados en los casos de delitos complejos, de investigaciones contra los ilícitos cometidos por las bandas criminales, lograr que haya luz en la instrucción de los magnicidios, perseguir la corrupción, dar resultados en materia de crímenes sexuales, de delitos que afectan la seguridad ciudadana como los hurtos de celulares y lo que se venga con el postconflicto.
Para lograrlo debe el nuevo Fiscal actuar con independencia e imparcialidad, dedicarse a su cargo, no incidir en asuntos tales como el nombramiento de magistrados de las altas Cortes, ni hacer activismo político.
Adenda: Sería pertinente que el nuevo Fiscal enfoque prioridades hacia las regiones. En el caso de nuestra comarca hay mucha expectativa por las investigaciones y los resultados de estas en casos como Indeportes, Cauca, por ejemplo. Es bien sabido que por la vertiente que tomó este proceso, en el que se involucró de una u otra forma al gobernador saliente y al que ejerce actualmente, la opinión pública y la buena gobernabilidad de nuestro departamento esperan resultados concluyentes y rápidos… Estamos pendientes de sus avances…
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